Muerte de Fernando VII. Moderados, progresistas y muchas Constituciones.


Imagen extraída de: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/n/narvaez.htm


El final del absolutismo y el establecimiento de un sistema liberal ocurren al mismo tiempo que la guerra carlista. A la muerte de Fernando VII, el designado para gobernar el país es Zea Bermúdez, basándose en el reformismo ilustrado, sin modificar la estructura del Estado absolutista. Lo más importante fue la división del país en provincias, para centralizar el poder. Las reformas no fueron suficientes para los liberales, con lo que María Cristina tuvo que llamar al gobierno a Martínez de la Rosa, quien quería una transición hacia el liberalismo, pactando con reformistas y liberales y concretándose en la promulgación del Estatuto Real de 1834. Mediante este documento, se creaban unas nuevas Cortes con carácter consultivo, compuestas por dos cámaras: Estamento de Próceres (constituido por gente de la nobleza y personas nombradas por la Corona) y el Estamento de Procuradores (gente elegida por los ciudadanos). El Estatuto favoreció el surgimiento de los primeros partidos de estilo liberal: los moderados y los progresistas. Nuevamente, la gestión de Martínez de la Rosa no satisfacía a los reacios al cambio, por lo que este dimite. Por ello, se produjeron movimientos revolucionarios entre 1834-1835. En este ambiente de crisis, la Regencia propuso para el gobierno a Juan Álvarez Mendizábal, famoso por sus reformas y desamortizaciones para terminar de una vez por todas con el Antiguo Régimen. Se trató de un proceso en el cual, el gobierno expropió y vendió tierras propiedad de la Iglesia. Al sustituir a Mendizábal en el gobierno, los alzamientos seguían y la situación empeoraba. Finalmente, María Cristina tuvo que restaurar la Constitución de 1812 y nombrar para el gobierno a José María Calatrava. Las Cortes de 1836, cuyo objetivo era la revisión de la Constitución de 1812, elaboraron una nueva en 1837, donde se establece una monarquía constitucional. Recogía los principios de la doctrina moderada y la soberanía nacional era compartida entre Cortes y Corona. Configura un parlamento bicameral (Congreso y Senado), elegido mediante sufragio censitario; no declara la confesionalidad del Estado pero reconoce la religión católica como la profesada por los españoles y se obliga a respetar el culto y al clero. De las doctrinas progresistas, incorpora la declaración de derechos y libertades individuales, la Milicia Nacional y el jurado. El objetivo principal de esta nueva Constitución, era juntar en un mismo texto, a progresistas y moderados, aunque no fue posible por las difíciles circunstancias bélicas y el intervencionismo del ejército en la vida política. A las siguentes elecciones, en 1838, ganan los moderados y se suceden periodos cortos de gobierno que evidenciaban las diferencias entre moderados y progresistas. En 1840, el gobierno moderado trata de frenas las reformas de los liberales y, en consecuencia, se proclaman levantamientos de las juntas revolucionarias progresistas, protagonizadas por el general Espartero, que obliga a María Cristina de la Regencia y a exiliarse en Francia. Favoreciendo a los progresistas, eligen como regente a Espartero en 1841, lo que iniciaba la práctica del control del poder político por parte de los militares. Su gobierno termina en 1843, cuando una alianza de fuerzas integradas por moderados y progresistas realiza un pronunciamiento militar liderado por el general Narváez, que fuerza a Espartero a salir del país. Mientras todo esto pasaba, Isabel II ocupa el trono pero era tan joven que elige como gobernante al general Narváez, iniciando un periodo de 25 años del partido moderado. Se produjo la consolidación del sistema liberal, con un crecimiento económico basado en la industrialización y la construcción del ferrocarril. A todo esto se suma, en el año 1845, la promulgación de una nueva Constitución, basada en la doctrina liberal. En este nuevo texto, se consagra la soberanía compartida entre Cortes y Monarquía. Las Cortes seguían siendo bicamerales, con los miembros del Senado elegidos por la Reina. Sobre la base de la Constitución del 45, los moderados pusieron en práctica una política acorde a los intereses de los grupos sociales que los apoyaban. Entre las medidas aplicadas durante el gobierno de Narváez, se cuentan las de terminar con los principales soportes del progresismo: suprimió la Milicia Nacional y se puso en vigor la Ley de Ayuntamientos, con lo que a partir de ese momento, los alcaldes de las capitales de provincia y las ciudades importantes, serán elegidos por el gobierno. Se creó la Guardia Civil en 1844, cuerpo armado de estructura militar, encargado del orden en las zonas rurales. Se centró principalmente en la represión de campesinos y jornaleros. La crisis del gobierno moderado vino a raíz de las revueltas en el campo y las ciudades, que Narváez reprime con dureza. Sin embargo, se crea el Partido Demócrata, del que más tarde surgiría el republicano. Por su parte, los carlistas vuelven a levantar partidas en 1846, produciéndose la Segunda Guerra Carlista. Narváez terminó dimitiendo en 1851, siendo sucedido por los ministros Bravo Murillo y Sartorius, generando nuevos pronunciamientos en 1854. 

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