Avatar: ¿obra maestra o producción sobrevalorada?
Buenas tardes de domingo a todos. Una semana más está con vosotros el único, el inigualable, el asombroso Marcos...o sea, yo. Y sí, como estarás pensando justo ahora, una vez más me dejo la faena de la web para el último momento. En fin, que me la trae al fresco, por que probablemente, sea el único que vaya a leer esto...que triste es mi vida. Bueno, vamos allá.
Hace unos días volví a ver la película de Avatar, del señor Cameron y, luego, estuve pensando sobre lo que acababa de ver. No dejaba de preguntarme si esta película era una obra suprema del cine y yo era tan cazurro como para no darme cuenta, o en realidad era un mojón de pato alabado hasta la saciedad. De una forma o de otra, sabía que me estaba perdiendo algo. Digamos que no me acababa de gustar del todo el filme (qué culto queda decir ''filme'', es como una palabra producida por el inglés de Murcia...¡wow! mirad todos, soy un peligroso del lenguaje, me balanceo en el límite del mal vocabulario baby). Y es que a lo largo de mi vida (como si tuviera 80 años) he oído comentarios sobre esta película: hay quien piensa que es comparable al Señor de los Anillos, y otros que dicen que está incluso más sobrevalorada que Titanic, si eso es posible (irónicamente, del mismo director...de verdad, no se qué fetiche tendrá Cameron con crear obras sobrevaloradas, que fuerte me parece...). Después de todo este rollo macabeo casi sin sentido fruto de mis coqueteos con los estupefacientes, vayamos al grano: voy a exponer porque, a mi parecer, esta película no es, ni de lejos, la gran película que el 80% de la gente se piensa. Ojo, tampoco estoy diciendo que sea mala...simplemente, Avatar es una película regular. Y me caes tan bien, que te voy a decir por qué.
Para empezar, voy a exponer los motivos por los que esta película es recordada. Porque costó 240 millones de dólares (215 millones de euros). O sea, no se si eres consciente de la barbaridad de dinero que es eso. Obviamente no. Además, la película llevó unos 12 años para hacerse. Lo se, ahora mismo estás cerca del infarto, lo siento. Y, sinceramente, no se para qué quisieron tanta pasta y tanto tiempo, si al final todo se queda en una experiencia muy espiritual, un desfile de colores y avances tecnológicos. Porque, no te engañes. Avatar es sinónimo de tecnología, CGI (efectos visuales generados por ordenador) y algo más.
Empecemos por lo malo y así nos lo quitamos de encima: el argumento...ah señor Cameron, el guión es mucho más importante que gastarse millones en tecnología para drogarnos las retinas y que no reparemos en un guión muy, muy simple. Los gráficos no lo son todo. Dejemos de lado que hablamos de una Pocahontas versión personas de carne y hueso (en parte), con el respeto por la naturaleza, los animales y el deseo del hombre blanco por quemar, destruir y aniquilar todo lo que se mueve que no sea blanco (al menos en esta peli había oro bajo tierra, no como le ocurrió al pringado de Ratcliffe). Hablemos de la historia, simple y predecible. Por favor, si desde que se nos presenta el general malo y su ejército de helicópteros ya sabemos: quién es el malo, cuál es su motivación para matar indígenas, cuáles sus armas y, si somos un poco listos, nos llegamos a imaginar cómo se van a pegar malos y buenos. La hora y cuarenta minutos (de dos horacas aprox.) es una cabalgata de paisajes, animales, luces y la relación amorosa entre Neytiri y Jake.
Por otra parte, hay fallos garrafales de primero de cine (en realidad no sé de qué curso serían, soy un poco bocazas): la misión de Jake Sully es infiltrarse en el clan de los Na'vi, hacerse uno de ellos, para averiguar más sobre el Árbol Madre y su estructura interior, para que puedan ir los malos a destruirlo, hasta ahí bien. ¿Me puedes explicar, señor James Cameron, para qué nos tienes media película con la idea de Jake pasando información del lugar donde viven los bichos azules, para luego en 5 minutos llevar todo el ejército de helicópteros y bombardearlo todo?, así sin más.
Otra cosita: la profesora Augustine (Sigourney) dice que dedicó 10 años de su vida a aprender sobre los na'vi y a mantener contacto con ellos. Si esto es así, ¿alguna mente privilegiada que me explique cómo diablos Jake Sully aprende las costumbres, idioma (si aprender inglés ya es chungo, imaginaos esta mezcla de suajili y filipino), aprender a montar en esa especie de dragón o pterodáctilo o que carajos sea eso, y aprender a disparar mejor que Legolas en sus mejores tiempos. Vale que si optimizas el tiempo avanzas mucho en la vida, pero....en fin.
Pero no todo son fallos y, como digo, la película no es mala, pero ni de chorra es tan buena como todos os pensáis. Los problemas de guión y la poca profundidad de los personajes, se compensa con creces con el gran diseño visual ya mencionado y, sobre todo, la música. Para mi, una buena banda sonora, es fundamental, casi tanto como un gran guión. Y es que, al fin y al cabo, las mejores películas son aquellas cuya música deja huella imborrable en nuestra memoria. A ver, ¿quién se acuerda de la melodía alegre de la Comarca, o la marcha imperial de Darth Vader, o la tensión que acumula la película de Tiburón, o la música de las pelis de Nolan? es obvio: todo el mundo. Y es que Avatar tiene a uno de los mejores compositores de la historia del cine: James Horner. Solo un gigante de las bandas sonoras es capaz de crear música que te llega, que se te queda grabada en la mente y, nada más la escuchas, sabes qué película es. Por otra parte, yo soy muy fan de las relaciones amorosas en las películas. En este aspecto, la relación entre Neyitir y Jake encaja bien en la película (tres meses dan para mucho eh, pillines).
Para terminar, quiero hablar del punto fuerte de la película: las escenas de acción. Cameron puede que sea un zoquete para crear buenas tramas, pero estarás de acuerdo conmigo en que es de los mejores para crear escenas de pegarse. Es un crack. Dos momentos: cuando los malos destruyen el hogar sagrado de los bichos estos, la escena combinada con la música de fatalidad de Horner (sí, esa melodía que se repite en otras películas) consigue ponerte triste, compartir el dolor de los nativos a la vez que te pone de mala leche porque los blancos han ido y, una vez más, han hecho lo que les ha salido de la pepita y han destrozado todo el paisaje idílico. Te entra rabia, y eso es síntoma de que estás ante una escena bien hecha. Las buenas escenas son las que consiguen transmitir algo y que personajes y espectador compartan sentimientos mutuos. Otro punto a favor es el mensaje: estamos ante una película que denuncia el maltrato que el ser humano perpetra contra la Tierra, contra el colonialismo y una producción que reivindica los derechos de los pueblos indígenas. Un buen mensaje, ¿no crees? (dejando de lado todo el tema este del New Age, la reencarnación y las energías, que ni me viene ni me va, y que es diferente a la educación católica del mundo occidental)
¡Uf! mira que había cosas que decir eh...espero que os haya gustado y, como absolutamente nadie va a leer esta web en siglos, me permitiréis que me felicite a mi mismo en calidad de único lector de Gandiarte: -Muy bien Marcos, te ha quedado un post genial, he disfrutado leyéndolo-. Gracias, gracias, no es para tanto. Hala, hasta la próxima.


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