Monarquía de Roma: El rapto de las Sabinas
El rapto de las Sabinas, Jacques-Louis David (1799), Museo del Louvre. Puedes encontrar más información en la web del propio museo.
Como todos sabemos (sois muy listos, tú lo sabes, yo lo sé) la civilización romana se desarrolló durante un periodo de tiempo muy largo, dividido en 3 grandes etapas: Monarquía, República e Imperio.
Hoy seguimos con la primera de estas etapas, donde un tío mandaba sobre el resto y así iban las cosas. Roma se fundó en el año 753 antes de Cristo (también se utiliza el a.e.c ''antes de la era común'', o en inglés b.c.e ''before common era'') y la monarquía duró, aproximadamente, desde el 753 hasta el 509 a.C. Durante esos 244 años suceden una serie de acontecimientos muy interesantes e importantes que no vienen a cuento ahora mismo, básicamente porque los vamos a ir desgranando poco a poco.
Total, que lo que vamos a descubrir hoy se sitúa en los inicios de la pequeña aldea de Roma, una agrupación de casas alrededor del monte Palatino, cerca del río Tíber (Tevere en italiano, de ahí el barrio del Trastevere), el cual ayudó en gran parte al desarrollo de ese conjunto de chozas, de las que se han efectuado interesantes reconstrucciones históricas (fig.1).
Figura 1. Modelos de casas construidas durante la Edad del Hierro en la colina del Palatino. Imagen extraída de la web Smarthistory.
De hecho, el Tíber siempre fue un elemento crucial, tanto para el desarrollo económico como proveedor de alimentos y tierra fértil ''sólida''. Ahora es cuando, en tu infinita ignorancia (porque eres un pedazo de mongolo), me preguntas ''¿sólida? ¿cómo que sólida? No entiendo nada amego, ¿me da un segarro? ¿porqué dices eso, maestro?'', y yo te lo explico: la zona del Lacio, y un poco los alrededores de las 7 colinas, eran lugares poco poblados porque el terreno era montañoso, accidentado y el suelo era pantanoso, propenso a inundarse cuando llovía. Los pantanos, las charcas y la tierra inestable abundaba, repleta de mosquitos y podredumbre natural. Los agricultores/ganaderos/pescadores que se establecieron cerca del Tíber tuvieron la suerte de encontrar tierras fértiles y terreno más o menos llano donde poder asentarse, hecho que va a marcar un poco la diferencia respecto a otros pueblos que se van asentando también a orillas de este río.
Bueno, después de este rollo macabeo, sigamos con el primer conflicto casi bélico al que se enfrenta Roma (en realidad fueron los de Roma los que empiezan a liarla). En los 244 años que duró la monarquía (año arriba, año abajo), hubo un total de 7 reyes, a saber: Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Tarquinio ''el Soberbio'' (después de Rómulo, creo que es el más conocido, básicamente porque siempre la estaba liando, algo así como el Donald Trump romano). Abajo tenemos ilustraciones con los retratos de los reyes romanos (fig. 2).
Figura 2. Los siete reyes de Roma. Imagen extraída de la web Digital Maps of the Ancient World.
Rómulo contaba con una población muy reducida formada por gente de diversa procedencia y reputación bastante cuestionable (sobre todo ladrones y forajidos); obviamente no podía rechazar a nadie porque no estaba para ponerse exigente con la poca gente que vivía en su pueblo. Sin embargo, la gente de otras aldeas no quería ni ver a los de Rómulo por el tipo de gente que acogía. Muy pronto, los romanos se dieron cuenta de que solo había hombres y necesitaban mujeres para que siguiera creciendo la familia. Para solucionar este entuerto, Rómulo ideó una peculiar estrategia: invitó a los pueblos y aldeas de los alrededores a participar en una fiesta con juegos deportivos y demás eventos sociales. A esta ''fiesta'' acuden los sabinos con sus mujeres. A una señal, los romanos raptan las esposas de los sabinos y se las llevan de vuelta a Roma. Porque, claro, Rómulo se aseguró de celebrar el festín bien lejos de su pueblo para tener una oportunidad de escapar. Como era de esperar, los sabinos no se iban a quedar de brazos cruzados mientras aquellos forajidos y bandidos se llevaban el bien más preciado del pueblo; reunieron un buen contingente de hombres y allá que fueron todos, persiguiendo a Rómulo y sus romanos. Sin embargo, entre el rapto de las sabinas y la llegada de los sabinos a Roma, había pasado un largo tiempo (no se especifica cuánto), pudiendo ser desde semanas hasta meses. La cosa es que, al llegar a Roma, los sabinos se encuentran con una desagradable sorpresa: las sabinas se habían enamorado de sus captores y casado con estos. En lugar de rechazar a sus nuevos maridos y volver con los antiguos, las mismas sabinas suplicaban por la vida de sus captores.
Entonces, ¿cómo termina toda esta historia? pues que romanos y sabinos no tuvieron otra que reconciliarse y convertirse en aliados. Al final les sale de lujo la jugada a los romanos: rapto a tu mujer, me caso con ella y luego somos amigos. Maravillosa jugada. Eso mismo se explica en la página web de National Geographic, que puedes consultar a través de este enlace.
Bibliografía
- Grimberg, C. (1985). Historia universal Roma. (Vol. 3). Daimon.
Webgrafía
- Sobre las páginas web que he utilizado ya he ido dejando sus respectivos enlaces en los pies de foto o durante la narración de los hechos; me da una pereza tremenda ir de uno en uno citando cada web en esta sección, por lo que las fuentes las tenéis, aunque no estén citadas como Dios manda, cosa que me la viene a sudar un poco. Hala, hasta luego.
FIN
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