Escultura romántica en Francia.

 

Bueno, bueno, bueno...qué tenemos aquí. ¡Si es una nueva publicación sobre arte del Romanticismo! pensaba que no iba a volver a leer algo del palo. Pues sí, amigos y amigas del arte (y discípulos míos). Hoy vamos a seguir dándole durito papi al Romanticismo, que aún nos queda la vida para terminar con Francia, Alemania, Inglaterra y España. Let's go!

Resulta que, en este país, destacaron algunos tipos, tales como Louis Bayre y Fraçois Rude. Vamos con el primer franchute. Las características de la escultura francesa son prácticamente las mismas en cada país: gusto por la estética humana desnuda, uso del bronce y el mármol y representar al ser humano en medio de arrebatos violentos y apasionados. Composiciones dinámicas y complejas, contrastes bruscos de líneas y zonas de luces y sombras, exageración expresiva de los rostros y los cuerpos. Como ocurre en Alemania, hay una vuelta a la Edad Media, como reacción contra la Revolución Industrial. Se representan elementos de la naturaleza y humanos, al servicio de la expresión de emociones, logros de la humanidad, individuales o colectivos.

Empezando con Louis Bayre, tenemos que fue uno de los primeros en meterse de lleno en la naturaleza. Gusto por paisajes exóticos, animales salvajes enfrentándose, etc. Se especializó en trabajar el bronce, dándole clases a Auguste Rodin en su taller. Se centraba a full en la anatomía de los animales, sobre todo los del zoo de París. Destacan mucho sus esculturas de animales dándose de leches. Poco más puedo decir, salvo que trabajó para la monarquía francesa, lo que era un mérito que flipas.

Por otra parte, destacó aún más el señor François Rude. François Rude: autor de la gran Marsellesa. Rude es el ejemplo perfecto que define las características románticas francesas ya mencionadas. Y ya estaría el tema explicado. No sé que más poner, si te soy sincero. Es que dentro del Romanticismo, el 80 % de las obras reúnen unas características bastante similares.

Hala, fin.