Monarquía de Roma: la batalla de los hermanos
El juramento de los Horacios, Jacques-Louis David (1784), Museo del Louvre. Puedes encontrar más información en la web del propio museo.
Volvemos más fuertes que nunca con la monarquía de Roma, así que prepara las palomitas y la Coca-Cola, que aquí hay más acción que en una de Tarantino.
Como ya sabemos, los romanos no eran persona si no estaban liándose a puñetazos con otras tribus, y no es de extrañar que ahora vaya a contarte otra historia de esas en que Roma la lía y encima sale bien parada. En este caso vamos con el tercero de los 7 reyes romanos, Tulio Hostilio. Este señor se levantó un día y decidió ir a tocar las narices a los pobres habitantes de Alba Longa (sí, de donde era el abuelo de los fundadores de Roma) pero, ya sabes lo que dicen de la confianza....¿no? Y es que ni siquiera hubo casus belli, como se suele decir. Como cuenta el historiador y profesor sueco Carl Grimberg en su obra Historia Universal: Roma, Tulio Hostilio (lo de Hostilio es el mote que explicaremos ahora) era un rey muy belicoso, muy...hostil. Simplemente declaró la guerra a los habitantes de Alba Longa.
Bueno, entonces tenemos a los dos ejércitos a punto de tomarse un café con tortas pero no se decidían a atacarse, ya que todos eran vecinos y amigos y tal, así que se decidió zanjar el tema con una única batalla. Total, que del bando romano salieron los 3 hermanos Horacios y, supongo que por el cachondeo, en el bando alba longués salieron otros 3 hermanos, los Curiacios; para mas inri, rimaban los apellidos. Si es que estos italianos eran unos bromas y no tanto Joaquin Phoenix por aquí y por allá.
Para esta contienda se creó una mini arena de gladiadores, con los 6 luchadores en el centro rodeados por soldados de ambos bandos a modo de delimitación de la arena. Empieza la batalla y hala, todos ahí a trincharse como cochinillos. Conforme la cosa iba avanzando, ya solo quedaban 3 Curiacios y 1 solo Horacio. Si esto fuera un por equipos en Fornite, ya sabríamos quién ganaría...pero ¡no! esto es Roma, donde un solo romano se puede hacer a 50 enemigos él solo. Efectivamente, el único Horacio restante consiguió cargarse a los 3 Curiacios, por lo que se declaró a Roma como vencedora y sometió a Alba Longa a su voluntad. Sin embargo, no todo iban a ser risas y alegría. Resulta que, al volver el hermano Horacio a casa, le recibió su hermana Horacia, prometida con un Curiacio, y esta, entre amargos llantos, reciminaba a su hermano haber asesinado a su prometido. El Horacio montó en cólera y, presa de una irrefrenable furia, mató a su hermana por llorar al enemigo.
Desgraciadamente, Horacio fue detenido y condenado a muerte, pero como esto es Roma y en Roma todo tiene un final feliz, este Horacio fue perdonado por su padre y se salvó a de la muerte. Hala, se acabó el cuento de hadas romanas.
P.D.: Sobre esta leyenda podéis profundizar muchísimo más de lo que yo os he narrado aquí. Hay un artículo académico en la página web Dialnet redactado por una estudiante (al menos lo era en 2013) chilena de Artes y Humanidades. Os adjunto un enlace con el documento en PDF y cito correctamente el artículo en el apartado que hay abajo.
Webgrafía
- Sobre las páginas web que he utilizado ya he ido dejando sus respectivos enlaces en los pies de foto o durante la narración de los hechos; me da una pereza tremenda ir de uno en uno citando cada web en esta sección, por lo que las fuentes las tenéis, aunque no estén citadas como Dios manda, cosa que me la viene a sudar un poco. Hala, hasta luego.
Bibliografía
- Grimberg, C. (1985). Historia universal Roma. (Vol. 3). Daimon.
- Vásquez Gibson, P. V. (2013). Los Horacios y los Curiacios: La pervivencia de una leyenda romana. Revista Historias del Orbis Terrarum, Anejos de Estudios Clásicos, Medievales y Renacentistas, 5, 18–39. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4517926.pdf
FIN



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