La conjuración de Catilina.

 





Buenos días a todos, mis queridos discípulos. Una semana más, nos reunimos aquí para hablar sobre la Antigua Roma, un mundo maravilloso lleno de gente mu loca. Hoy no estoy muy inspirado, así iré al grano.

Poco a poco llegamos al final de la República, lo que supone que llevamos más de la mitad de recorrido por la historia de esta maravillosa, esclavista, machista y sanguinaria civilización. Hala, vamos al meollo del tema que se hace tarde y quiero seguir viendo True Detective.

Todo el chanchullo este Catilina empieza de la siguiente manera: en el 63 a.C. Lucio Sergio Catilina, un patricio, planeó un complot para hacerse con el poder de Roma. Un flipado vamos. Había planeado asesinar a los cónsules elegidos, pero un abogado llamado Cicerón lo denunció ante el Senado y fue perseguido hasta la muerte. Fin. Nah es broma. Resulta que este señor es uno de los personajes más odiados y admirados a partes iguales, de toda la historia de Roma. Fue uno de tantos ejemplos del ambiente agitado de la Roma de la época. Era miembro de la antigua aristocracia. Primero formó parte de los optimates y participó a saco en las proscripciones de Sila. Fue derrotado 2 veces en elecciones consulares, la 2ª como representante de los populares. O sea, que se pasó del bando de los ricos al de los pobres, a ver si así se hacía cónsul.

Llevó a cabo levantamientos simultáneos, apoyando a jóvenes y nobles con intereses frustrados, así como a campesinos arruinados tras las reformas agrarias de Sila, así como a la plebe urbana que vivía en la miseria. Sin embargo, el problema es que en el mundo hay gente con mala suerte, y Catilina era uno de esos pobres infelices. Total que la conjuración empezó mal desde el principio, descubriéndose y siendo traicionada incluso antes de producirse. Cicerón logró esquivar a los asesinos enviados a su casa para matarlo, y convocó una sesión extraordinaria en el Senado. Puso en evidencia la traición de Catilina en un famoso discurso. Apresaron a los conjurados en Roma, y el Senado los condenó a morir estrangulados. Catilina instó a sus partidarios a luchar y morir por su patria, la libertad y la vida, prefiriendo la muerte antes que la rendición. ¡Viva la sangre che! (jaironi mode on)

Y con este dramático, interesante y sangriento relato, os dejo para que reflexionéis un rato sobre la historia de Roma. Hala, portaos bien y bebed mucha agua, que mear mola.

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