Las Guerras Púnicas: empieza la mandanga de la buena
Buenos días a todos, queridos hijos de Dios, mis queridos discípulos del arte. Espero que estéis bien, y si no lo estáis, pues lo siento qué quieres que haga, no soy un chamán que va curando por ahí...en fin, ya tenemos las 3 líneas de introducción hechas, ¿preparado? vamos con una de mis guerras favoritas de Roma. Hoy vamos a reunirnos con el único, el inigualable Aníbal Barca.
Como ya sabemos, Roma se lía a puñetazos con Cartago por el control del Mediterráneo. Obviamente (y si no te lo imaginabas, es que eres un tarugo) Cartago pierde, destruyen toda la ciudad hasta los cimientosm y Roma domina en todo Occidente. Fin.. bien está lo que bien acaba. No, ahora en serio, vamos a penetrar en esta serie de conflictos y movidas turbias de los romanos.
Hubo en total 3 guerras, entre los años 262-146 a.C. Las guerras púnicas son uno de los conflictos más famosos e importantes en la historia de Roma. Yo siempre he querido saber qué significaba púnico y de dónde venía la dichosa palabra, así que gracias a ti por hacerme escribir en esta web (que solo leo yo claramente), vamos a descubrir juntos qué significa esa palabra. Púnico quiere decir cartaginés. Cartago era una colonia fenicia al principio de todo, y es importante quedarse con este dato. Además, los cartagineses hablaban púnico, una especie de dialecto fenicio, así que a lo mejor viene de ahí. También es verdad que púnico viene de punicus, derivado de poenus, ambos significan cartaginés. También está el tema de los vocablos griegos sobre los púnicos, pero eso ya se alarga demasiado. Yo creo que con lo que sabemos de los púnicos, sobra. Hala, sigamos.
La primera guerra tuvo lugar entre el 262-241 a.C. Lo que pasa es que los cartagineses estaban enchochados con la isla de Silicia, y estaba apoyado por algunas colonias fenicias del occidente de la isla. Final: fracaso para los negritos. Roma conquista el sur de Italia, y ahí surge la rivalidad. La guerra empieza sin una declaración abierta. Es como empezar a salir con una chica sin pedirle salir, salvo que aquí se trataba de ensartarse con espadas. Roma, como siempre, se sirvió de una excusa para empezar a repartir. Esta vez, un grupo de mercenarios habían sido atacados por los púnicos en el Estrecho de Mesina, y además habían sido atacados por Hierón de Siracusa.
Pero aquí no se acaba todo, sino que Hierón traiciona a Cartago y, un año antes de que empezara la guerra, se va con Roma. Nuestra protagonista ataca Agrigento (sur de Sicilia), tomando control de la isla. Catago aprovecha su superioridad naval (eran unos fieras en el mar, de verdad te lo digo) y pretendían darle a Roma en Sicilia. Total, que los romanos no eran unos mongolos, por lo que utilizan los puertos de ciudades griegas para construir una flota, lo que supondrá el factor clave en todo ese fregao. Como los romanos no tenían mucha experiencia naval (y esta es una de las cosas que amo de la historia de Roma), es decir, si iban a por los púnicos en el mar, iban a perder sí o sí, así que hacen lo que mejor saben hacer los romanos: coger una desventaja y convertirla en una ventaja. Le ponen un puente de 10 metros a sus barcos, así, cuando se acercan a los cartagineses, el puente cae sobre la nave enemiga y el combate naval se convierte en combate cuerpo a cuerpo, donde los romanos revientan de una manera que flipas.
De esta forma, los romanos consiguen una gran victoria en Milae en el año 260 a.C. dirigida por el cónsul Duilio, y 4 años más tarde otra, en Ecnoma. En el año 254 a.C. el cónsul Atilio Régulo se motivó demasiado. Podríamos decir que patinó mucho, porque se fue a África, tratando de llevar la guerra al territorio enemigo. Sin embargo, fue un fracaso increíble, y ningún romano volverá a pisar África hasta tiempos de cierta persona...seguro que ya sabes quién es.
Roma, por su parte, establece un tratado diplomático con Hierón, sin pagar tributo, pero de amistad. Se construye una nueva flota romana, dirigida por Lutacio Catulo, con la que se obtiene la victoria decisiva de la primera guerra, la Batalla de las Islas Egates. Cartago pidió la paz, perdiendo sus posesiones en Sicilia, y siendo humillada a saco, o sea, iba full de humillación, pagando grandes tributos económicos a Roma, quedando más en la ruina que España, y eso es decir mucho.
La segunda guerra y la más guapa, la más épica, la más emocionante de todas durante miles de millones de años, y mi guerra favorita. Se desarrolla entre los años 218-201 a.C. Cartago, la cual había perdido las islas próximas, trató de irse a Hispania a por sus fuentes de metal de Andalucía. Todo el chanchullo empezó en el 237, con Amílcar Barca, quien conquistó casi toda Andalucía. Amílcar muere en una emboscada de una de estas tribus de hispanos locos, y el proyecto pasa a manos de su yerno Asdrúbal, el cual funda Cartago Nova, la actual Cartagena. Asdrúbal es asesinado por otro hispano loco, y ahora sí que sí, empieza lo bueno con Aníbal Barca, para mí el mejor general que ha habido nunca en la historia de la humanidad. Los romanos empiezan a preocuparse de este nuevo general, que está haciéndose la península ibérica más rápido de lo que tú podrías ligar con ella. Por eso, se fijan unos límites de influencia, o sea, unas fronteras entre el poder de Roma y el de Cartago. Estos límites se fijan en el río Ebro.
Y ahora vamos al detonante de la guerra (también podrías usar las palabras casus belli, y con eso te haces a todas las chorbas de la discoteca): la ciudad de Sagunto. Y lo que pasa es que estaba en zona cartaginesa, peeero era ciudad romana. Hala, que empiezen las galletas. Señores, cojan palomitas. La guerra empieza con el asedio de Sagunto en el año 219, aunque fueron pocos meses de asedio. Si es que con Aníbal, todo era corto. La guerra se declaró oficialmente en el año 218 a.C. Después de la mega hazaña de Aníbal de cruzar los Alpes, inflije un durísimo golpe a Roma, en las batallas de Tesina y Trasimeno, una en el 218, y otra en el 217. Bum in your face Roma. Imaginad cómo estaría el orgullo romano, de por sí en las nubes. Habiendo ganado a todo quisqui en el Lacio, en Italia entera, a los griegos y a todo Dios, y habiendo ganado a los negritos años anteriores. Ahora viene este, cruza los Alpes, que solo ese acontecimiento sirvió para que se acojonaran un poco. Y en dos años, casi todos los soldados romanos se fueron al reino celestial. Los habitantes empezaban a tomar conciencia de quién era este nuevo general, pero aun no conocían a Aníbal...ya lo conocerían. ¡Vaya si lo conocerían!
En lugar de irse directito a Roma, Aníbal se desvía al sur del país, para sublevar a todos los pueblos itálicos aliados de nuestra eterna protagonista. Ahora, preparaos que viene el summum de toda la historia. La derrota más famosa, la más dura, creo yo vamos, de toda la historia de Roma: la Batalla de Cannas, en el año 216 a.C. Murieron 85.000 s0ldados romanos. Estamos hablando de más personas que todas las que viven en Gandía, que son 74.000. Ahora entran en escena los Escipiones, los héroes de toda la movida esta. Bueno, en realidad solo fue uno. De momento, tenemos a Cneo y Publio Escipión, los cuales desembarcan en Hispania y fundan Tarraco, cortando el enlace del ejército de Aníbal, que se iba quedando sin peña, con los refuerzos que le venían de la peña que había dejado en Hispania. Como sabemos, ambos murieron en Hispania.
Ahora viene el gran héroe de todo: Publio Cornelio Escipión El Africano. Marchó a Hispania y tomó Cartago Nova en el 204 a.C. asestando un duro golpe a los cartagineses de Hispania y su dominio en el país. En Italia, Aníbal no podía atacar Roma, porque no tenía suficientes efectivos para asediar la ciudad, aunque llegó a estar a las puertas mismas de la ciudad. Ese día fue el más terrorífico de la historia de Roma sin duda. Si para asustar a tu hijo le dices ''que viene el Coco'', pues en Roma se hacía lo mismo, pero con Aníbal. Pasaron los años y Aníbal seguía estancado en Roma, sin casi soldados, mientras que el senado de Cartago pasaba de él y no le enviaba ni efuerzo ni nada. Al final, Publio Cornelio proyectó la guerra hacia África, al igual que Régulo, pero esta vez, todo salió de maravilla.
En el año 204 a. C. Publio desembarca en Útica con solo dos legiones (era muy muy muy poco, casi imposible que saliera todo bien). Los cartagineses llamaron a Aníbal, quien llegó a Cartago al año siguiente. La batalla decisiva, la madre de todas las batallas: la Batalla de Zama. Tuvo lugar en el año 202 a.C. Sí, lo has adivinado. Aníbal sufre una sola derrota, pero la mayor de todas, la peor. Pobrecito. Total, que Cartago pidió la paz en condiciones muy humillantes. Este será el final de Cartago como potencia y la hegemonía de Roma sobre el Mediterráneo. Roma será la mega potencia occidental.
La tercera y última guerra púnica tendrá lugar entre los años 150-146 a.C. Cartago se empezaba a rehacer gracias a la expansión de la agricultura y el comercio marítimo. Roma, que aún tenía bien fresco el miedo hacia Aníbal, se acojonó a la primera de cambio y empezaron a pedir la destrucción total de Cartago. Enviaron como portavoz a Marco Porcio Catón El Censor. La ocasión/excusa: los ataques del rey númida Masinisa, el cual hostigaba a los cartagineses y estos no se podían defender. Cuando se levantan en armas, Roma interviene alegando que habían roto las condiciones de paz. En el año 150 a.C. los romanos desembarcan en la costa de Cartago, empezando el asedio de la ciudad. Roma tuvo unas victorias parciales en 149-148. El asedio fue dirigido por Escipión Emiliano. La ciudad fue arrasada en el año 146 a.C. y renombrada como África, provincia romana con capital en Útica. Curiosamente, esta ciudad fue destruida el mismo año que Corinto por los mismos romanos.



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