Todo sobre Versalles: parte III
Buenas a todos y todas, mis queridos amigos a los que no conozco de nada. Espero que estéis teniendo un buen día; yo desde luego que sí, como siempre. En fin, no os voy a hablar de mi vida, ya que lo importante es que yo soy el profesor supremo y, vosotros, mis fieles discípulos del arte. Escritas las 4 frases de rigor para rellenar espacio, vamos a seguir dándole duro papi a esto de Versalles.
Nos quedamos en el Palacio Real, y ahora vamos a penetrar en su interior, donde nos encontraremos con la Capilla Real, los Aposentos Reales, la Sala de Espejos y la Galería de Batallas, a la manera del Escorial. Vamos a ver, empezamos con el lugar donde Luis XIV se iba a dormir la mona. Estoy hablando de la Cámara Real, donde el rey inviataba a peña súper vip, o la reina, o a quien fuera. Cada día, cuando Luisito se iba a dormir y se despertaba, se llevaban a cabo unas ceremonias llamadas Lever (despertar) y Coucher (dormir), rodeado el rey por sus cortesanos, o sea, gente de la nobleza ahí toda vip.
La cosa es que para entrar aquí, te tenían que invitar. Como es evidente, la decoración tiene el objetivo de demostrar cuánta pasta tenía Francia. Se trata de una decoración dominada por la extravagancia y el horror vacui (miedo al vacío en latín, significa que todo estaba mega híper recargado). La más utilizada es la decoración dorada, con bóvedas pintadas, efectos ópticos pintados, es decir, trampantojos, etc. También podemos ver mobiliario lujoso, mucho dorado, una gran cama con dosel (las cortinas de cama), decorada con motivos florales, plumas de avestruz (todo muy exótico), etc.
Seguimos con la Galería de las Batallas: se ubica en el primer piso del palacio, en el ala sur, junto a los aposentos reales. Fue construida por Pierre-Leonard Fontaine y Frederic Nepveu. Se trata de una sala alargada que mide unos 120 metros de largo y 13 de ancho. Al igual que vemos en El Escorial de Madrid, aquí se homenajea la historia militar de Francia, desde la Batalla de Tolbiac en el año 496, hasta la Batalla de Wagram, por parte de Napoleón, en el año 1809. Como verás en las fotos que estes poniendo ahora en Google Imágenes, la sala está decorada con bustos con nombres de soldados, generales y todo eso, además de las grandes pinturas de las paredes. En la parte de arriba, podemos ver bovedas adornadas con artesonado dorado, y una gran cristalera en el centro, para que pase la luz natural. También podemos ver columnas de orden corintio, en el centro de la sala. En total, en esta sala se homenajean 14 siglos de historia militar francesa. La idea de esta galería fue de Luis Felipe I de Francia, hijo del primo de Luis XVI, quien la construyó entre 1833-1837. El mensaje que encierra esta sala es simple: Francia se ha erigido sobre combates contra enemigos internos y externos, y ahora está en su mejor época, con paz y prosperidad.
Seguimos con la Sala de los espejos: como todo lo que hay en Versalles, esta galería también se construyó para fardar ante todo el mundo. Fue construida por Jules Mansart entre 1678 y 1684, durante el reinado de Luis XIV. En esta sala actúa el reflejo de luces y colores de los jardines, que se reflectan en espejos curvados, distribuidos por toda la sala. Hay muchas obras de inspiración mitológica, adaptada al Neoclasicismo. La sala mide 73 metros de largo, 10 metros de ancho y está formada por 17 grandes ventanales, que ilumina toda la decoración dorada, todas las esculturas y las pinturas. Sobre las ventanas, hay arcos con un total de 357 espejos en toda la sala, unidos por varillas y clavos de bronce dorado. Cada arco tiene aproximadamente unos 21 espejos. El uso de los espejos también es pura fardancia económica. En aquella época, eran todo un alarde tecnológico y económico. La decoración quedó a cargo de Charles le Brun. En esta sala se recibía a los nobles y embajadores de otros lugares, para que fliparan en colores y supieran con quién estaban tratando. En lo referente a la mitología, el que más aparece, no ya en la sala esta, sino en todo el complejo, es Apolo, dios de la música, del sol, de las artes y a saber de qué cosas más. Este tío hacía de todo. Claramente, Luis XIV se identificaba mazo con este señor dios. De esta forma, el rey Sol se declara mecenas del arte, y se proclama heredero de Apolo. Vamos, una ida de olla que te quedas todo loco colega.
Hala, hasta la próxima.



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