Todo sobre Versalles: parte VI.
Buenos domingos a todos y todas, mis queridos amigos y discípulos del arte. Hoy es un gran día, ya que vamos a dar por terminado el viaje versallesco. Tamo ready?
La última vez nos quedamos en esto del Petit Trianon, para los que no sepan francés, el Pequeño Trianon. Si os acordáis, era un recinto bastante petit. Hoy vamos a darle caña de la buena al Grand Trianon. Se trata de un recinto un poco más Grand(e).
El Gran Trianón fue un segundo palacio, construido por Luis 14, hecho para escapar del lujo del palacio principal de Versalles, el cual se había construido para escapar de la vida de París... es que de verdad, ¡dejad de huir cobardes! plantaos ante el exceso de lujo palaciego y gritadle: ¡Bajá cagón! Total, que fue construido para poder pegarse toda la fiesta amorosa con su amante Madame de Montespan. Fue construido en 1687 por Hardouin-Mansart. El objetivo fue ser un pabellón de descanso, siguiendo el modelo artístico del palacio principal. Está rodeado por un jardín bastante cool, cerca de su hermano pequeño. Su importancia está casi al nivel del palacio principal, ya que al ser más pequeño, mucha peña que venía a pasar los días, prefería el Trianón a la inmensidad del otro palacio. Fue el caso de Napoleón I o Luis Felipe.
Estamos ante un edificio de una sola planta, con grandes ventanas y decorado con mármoles rosas y blancos. Podemos preciar una mezcla entre estilo francés e italiano. El palacio está dividido en salas, como el Salón Redondo, Salón de la Música o Salón de las Malaquitas. La decoración actual fue modificada por Napoleón, uno de sus últimos residentes. La segunda esposa de Napoleón I, María Luisa, decoró unas cuantas salas, las llamadas Cámara de la Emperatriz, Salón de los Espejos y Salón de la Capilla. Persiste una decoración clásica, con rosas y dorados. Por otra parte, Napoléon diseñó a su gusto 5 estancias en 1809, cuando se había divorciado de Josefina.
De dentro hacia fuera. Los jardines están plagados de flores, desprenden intenso aroma en primavera. En realidad no lo sé, ni siquiera he estado, pero como todas las web hablan del intenso aroma de las flores, pues yo también caralho. Entre los jardines, está el Peristilo, una estancia porticada que permite pasar del patio a los jardines. Se trata de jardines de estilo francés, con formas geométricas perfectas, buscando la perfección hasta en la forma de los toiletes.
Y, creo que, con esto, vamos a ir despidiéndonos (se permite llorar de emoción), pues llega el final de nuestra compañía. Hala, sed buenos y bebed mucho zumo de naranja. ¡Hasta la próxima!
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