Impresionismo en Inglaterra.
Buenos días a todos, mis fieles y queridísimos seguidores del arte. Espero que estéis pasando un estupendo mes de diciembre y, lo que es más, un feliz inicio de vacaciones de Navidad. Siento no haberme puesto antes con esto del Impresionismo, pero ya sabéis, yo escribo cuando me viene a salir un poco del recto y tal. Y hoy tenéis suerte, porque resulta que me ha salido escribir sobre este movimiento artístico tan maravilloso. Sin nada más que añadir, vamos allá.
Vamos a empezar a profundizar en este movimiento igual que hicimos con el Romanticismo, es decir, en Inglaterra. Aunque todos ya sabemos que el Romanticismo empieza en Alemania y el Impresionismo en Francia, vamos a seguir empezando desde el norte e iremos bajando.
En Inglaterra van a destacar 2 señores muy ingleses, llamados Philip Wilson Steer y Walter Sickert. Evidentemente, estos pintores reciben una importante influencia del padre del Impresionismo, C. Monet, pudiéndose apreciar esta influencia en la recreación de la atmósfera, el tratamiento de las personas representadas, etc. En este país, el Impresionismo empezó unos años después que en Francia, alrededor de los 80. A ambos les molaba bastante el tema de pintar retratos, sobre todo grupos de gente tomando el sol con fondos playeros y paisajes campestres. Como el Impresionismo indicaba, se interesaron mucho en captar las diferencias lumínicas y en cómo estas afectaban a los personajes o al paisaje. Más tarde, empezaron a pintar barcos en el mar, formados a base de meras pinceladas claramente visibles. Poco se puede decir sobre el Impresionismo exceptuando el análisis minucioso de obras de arte de este movimiento. Las características fueron las mismas para cada país, lo que hizo que, al fin y al cabo, surgieran obras de arte muy parecidas unas con otras, sin importar la distancia a la que se encontraran los pintores. Al igual que ocurrió con el Romanticismo en la primera mitad del siglo XIX, el género más beneficiado fue el paisaje.
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