Impresionismo en España.


 Buenas noches de lunes a todos, mis queridos y amados seguidores del arte. Hoy vamos a seguir con esto del Impresionismo, que me apetecía traeros un poco ade arte en este día tan de Marzo. Sin más dilación, vamos allá. Siguiendo la habitual línea de explicación, pasamos por Francia y aterrizamos en España. Al igual que ocurrió con el Romanticismo, a nuestra terreta también llegó este movimiento de finales de siglo. Vamos a ver con qué nos sorprenden esta vez los artistas españoles. 


Hoy os traigo a tres pintores que podríamos considerar los máximos representantes del Impresionismo español: Darío Regoyos (en su vertiente impresionista, ya que este man era plurimovimientos; Aureliano Beruete y Adolfo Guiard. Antes de seguir, no podemos olvidar que estos señores traen el movimiento a España desde Francia. ¿Cómo? pues viajando al principal foco de desarrollo impresionista, París, estableciendo contacto con las obras de Manet, Degas, Pisarro y el resto, y luego volviendo a su ciudad de origen y dándole caña a la pintura impresionista. El primero de ellos, es decir, Darío Regoyos, viajó a París y le pasó todo lo que acabo de comentar y, al volver al País Vasco (era asturiano), empezó a meterle caña al paisaje, género súper recurrente en el arte español, pero o sea mucho, muy recurrente y mucho recurrente. Con el Romanticismo ya ocurrió, prácticamente todas las obras eran paisajes. A mí es que el paisaje me encanta. Total, que Regoyos creará obras que representan el paisaje rural y la ciudad de Burgos. Un crack vamos. 

El siguiente artista es el pana Aureliano Beruete, político, doctor en derecho y pintor. Menudo partidazo señores, un tipo apañado. Como la mayoría de pintores, reúne las características principales del movimiento, como la pincelada rápida y fluida, el efecto del clima y la luz, y el uso del paisaje, aunque esto último no es un rasgo solamente del Impresionismo. Paisajes rurales, nubes, humo, pequeñas poblaciones, vegetación, reflejos en el agua, predilección por los colores terrosos (marrones y derivados) y distintos tonos de azul y verde, etc, son las características que resumen a este artista. Neeext!

El tercer y último de los pintores impresionistas españoles (hubo más, pero con que os quedéis con estos men sobra) viene a ser el que se conoce como Adolfo Guiard. Aquí el colega también tuvo su estancia en París, donde se acercó a la obra de Degas y ¡pum! caíste en la trampa del Impresionismo. Guiard le va a dar más caña a las personas. Escenas de la vida cotidiana, retratos de cuerpo entero de gente random del campo, van a ser los rasgos definitorios de la obra de Guiard, donde se puede apreciar clarísimamente la pincelada tan icónica de este movimiento. Además, también vemos en Guiard la influencia de la luz a distintas horas del día, lo que hace que el color de la obra vaya variando. 

Hala, fin. 

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