Imperio romano: el segundo Flavio.




Buenas a todos, mis queridos gandiartistas. Después de 40 años y medio sin subir contenido, hoy, por fin, os traigo más historia de Roma. Sin mas dilación, vamos a ver cómo sigue todo el chanchullo este de los romanos. 


Salimos de Vespasiano y entramos en su sucesor e hijo, Tito Flavio Vespasiano, quien empezó a reinar a partir del 79, terminando en el 81 d.C. Empezando como tribuno militar en Germania y luego en Britania, el tito Tito fue enviado al lugar que mayor relación va a tener con esta dinastía: Judea. Enviado como legado, al igual que su padre, tuvo que lidiar con los israelitas en sus 3 revueltas. La ''mega revuelta'' tuvo lugar entre los años 66-73. A parte de un militar competente, fue un buen diplomático y administrador. En el 70 se cansó de tanta tontería y puso sitio a Jerusalén, la cual terminó conquistando, incendiando el templo de Herodes y la ciudad en sí, fue arrasada en gran parte. Final: llegó a Roma, se erigió un arco del triunfo en su honor, trajo tesoros de Jerusalén y todos (o casi) happy. Al volver, ascendió al trono tras la muerte de Vespa y tuvo bien cerca a su hermano, Domiciano. 

El reinado de Tito sufrió un cambio (o eso se dice, recordemos que no soy experto) radical. Mientras se preparaba y se formaba en sus primeros años (o sea, el Tito no emperador) era lo que, actual y comúnmente, se conoce como un cayetano. Le iba la buena vida, los placeres (guiño guiño) de todo tipo. Vamos, un tipo con dinero que le iba la marcha. No llegaba al nivel de locura de Nerón o Calígula, pero se dice que también aprovechó su poder (su elevada posición) para quitarse de encima enemigos o rivales políticos. Eso sí, en cuanto llegó al trono, todo hizo ¡Pum! y, ahora me ves y ahora no, aquí tenemos a un Tito más formal, sin darse tanto a la buena vida y, según historiadores y fuentes de la época, se ganó el cariño de la gente. También hay que decir que duró poco, pero lo poco que duró, lo hizo decentemente. Punto positivo para Tito. Como curiosidad, remarcar que, durante su reinado, tuvo lugar la erupción del Monte Vesubio y la posterior destrucción/enterramiento en cenizas, de las ciudades de Pompeya, Herculano y Stabia. Poca cosa vaya (nótese la ironía). Total que, al igual que su padre, el pobre Tito murió de fiebre (aunque algunos afirman que fue envenenado por Domiciano, cosa poco impresiva, dado el historial tan trambólico de esta civilización). Fin de la vida de nuestro pana Tito. El siguiente, y último heredero de la dinastía Flavia, será nuestro amigo Domiciano. 


Hala, fin. 

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