Imperio romano: Marco Aurelio.

Buenas a todos, mis queridos gandiartistas. Después de 40 años y medio sin subir contenido, hoy, por fin, os traigo más historia de Roma. Sin mas dilación, vamos a ver cómo sigue todo el chanchullo este de los romanos!!!

Después de 5000 años sin subir contenido de ninguna clase, vuestro gandiartista de confianza llega más fuerte que nunca en una nueva semana llena de contenido sobre historia de nuestra civilización favorita. Tras la muerte de Antonino el Pío, el siguiente en la ''línea sucesoria'', va a ser el primer emperador que sale en Gladiator: Marco Aurelio. También conocido como Marco Annio Vero, fue además, un filósofo adoptado por el Pío. Este man reinó entre los años 161-180 d.C. Cada vez, nos vamos acercando más al final de este recorrido...

Total, que estudió retórica griega y latina, luego empezó a indagar en corrientes filosóficas como el estoicismo y, finalmente, empezaría su vida política al ser nombrado cónsul. Como ya he dicho, fue adoptado por Antonino, además de que se casó con su hija, Faustina la Joven. Si con nuestro amigo el Pío, hubo unos años de prosperidad y paz, con Marco Aurelio volvemos a las galletas (por no decir otra cosa). El imperio se vio sacudido por oleadas de ataques de bárbaros, revueltas populares y epidemias. Sin embargo, no estamos ya ante un emperador debilucho y depravado, pues allá que iba Marco Aurelio, un tío inteligente, disciplinado y con gran fuerza moral. Un tipo a la altura de los acontecimientos vaya. Era un hombre con ojo para la economía, pero se asustó con el tema de los bárbaros, y al final tuvo que pillarse un ejército de gladiadores, fugitivos y esclavos para hacer frente a los germanos, los partos, los marcomanos, los cuadros y los sármatas. Poca cosa, precisamente, no fue aquello. Al final, consiguió establecer una franja de seguridad al norte del río Danubio, en el 175. Sin embargo, los bárbaros vuelven a marear la perdiz dos años después, por lo que nuestro amigo Marco tuvo que embarcarse en una nueva aventura más allá de las fronteras de su ciudad, durante la cual, desgraciadamente, moriría a causa de la peste que asolaba el imperio deade el 166 d.C. Tras la muerte de un emperador más bueno que malo, el mando lo tomaría su hijo natural, Cómodo. Esto es otra historia, pero desde ya, os adelanto que volvemos a las andadas en plan dinastía Julio-Claudia. O sea, preparaos bien preparados, que se vienen turbulencias de las buenas. 

Hala, fin.