Constanino I el Grande: el vencedor de la Tetrarquía.
Buenas a todos, mis queridos gandiartistas. Después de 40 años y medio sin subir contenido, hoy, por fin, os traigo más historia de Roma. Sin mas dilación, vamos a ver cómo sigue todo el chanchullo este de los romanos!!!
Tras la partida del señor Diocleciano, el panorama en el imperio era el siguiente: crisis y guerras internas por ver quien se hacía con el poder. Si es que no podía ser de otra forma. La cosa es que había 4 emperadores disputándose el gobierno único: Constantino, hijo de Constancio Cloro; Licinio, Galerio y Majencio, hijo de Maximiano. El encargado de liarla parda fue el señor Majencio, ya que se autoproclamó emperador supremo. Mientras tanto, cada uno de estos 4 sujetos iba emprendiendo acciones contra el otro, retirándose, siendo destituido del cargo y unu largo etcétera. Maximiano, padre de Majencio y Galerio, aspirante al trono, terminó muriendo. Ya solo quedaban dos, los más relevantes: Majencio y Constantino. Majencio se preparaba en Occidente y Constantino en Oriente, para el enfrentamiento final. Cerca de Roma, se libró la última de las batallas de los tetrarcas: la Batalla del Puente Milvio, en la que Majencio se ahogó al caer en el Tíber, lo que dejó abierto a Constantino el camino hacia el Imperio romano de Occidente. Más tarde, terminaría siendo también el emperador de la Roma oriental, al derrotar varias veces a Licinio, el último de los tetrarcas. Así, nuevamente, surgió un emperador único: Constantino I el Grande. Veamos qué le hizo ganarse ese apodo.
Cayo Flavio Valerio Claudio Constantino nació en Dacia, actual Serbia. Considerado el primer y único emperador cristiano de toda la historia de Roma, su apodo le viene por la libertad otorgada a los cristianos para poder vivir su fe sin tener que esconderse ni reunirse en secreto en las catacumbas de la ciudad. Además, se convirtió al cristianismo y fue pieza clave en la expansión de la religión por toda Europa y parte de algunos continentes, es decir, el territorio que manejaba el Imperio. Esta conversión, al mismo tiempo, funcionó como mecanismo unificador de las dos partes del imperio, a raíz del Edicto de Milán del 313 d.C. donde se terminaban las persecuciones y se les devolvían los bienes expropiados. Puso el poder a disposición de la jerarquía eclesiástica para combatir las herejías que surgían en la época. También fue pieza clave en la instauración del imperio romano de Oriente, restaurando y ampliando la actual Estambul, o sea, Constantinopla, anteriormente llamada Bizancio, una colonia griega. La convirtió en capital cristiana y capital del Imperio romano, reemplazando a la eterna Roma. Cabe añadir que, durante el reinado de Constanino, ya empezaron a verse los primeros rasgos y primeros pasos para pasar a la Edad Media europea. Total, que hubo mucho movimiento. Finalmente, nuestro agradable amigo Constan terminó muriendo, como ocurre, ha ocurrido y ocurrirá a cada ser humano que deambula por este planeta. Llegó a reinar entre los años 306-337 d.C. muriendo en Nicomedia, actual Turquía, de enfermedad natural, lo que es señal de que no fue un mal emperador. Ya sabemos lo que les pasaba a los malos tipejos. En fin, que casi estamos por terminar con este recorrido. Poco falta para que se me salten las lágrimas de la tristeza que me da el saber que estamos cerca del final.
Hala fin.
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