Primera Guerra Mundial: el último mes.
Durante ese mes, juso tras el magnicidio (asesinato de alguien importante), las principales potencias se estuvieron moviendo para ver si se solucionaba todo de forma diplomática y pacífica. Por su parte, Austria-Hungría entregó un ultimátum el 23 de julio exigiendo 10 cosas, evidentemente imposibles de cumplir, para poder quedarse tranquila y en paz con Serbia. *Dato curioso: el rey de Inglaterra (Jorge V), el káiser Guillermo II y el zar Nicolás II eran, LOS TRES, primos entre ellos. Vamos, que la 1ª GM fue todo un show familiar. Total, que mientras tanto, Rusia moviliza sus tropas a zona serbia, como había ya anunciado que haría para apoyar a sus hermanos de sangre. El día 25, Serbia moviliza a sus soldados y esa misma noche confirma que no podía cumplir las 10 demandas del ultimátum. Al día siguiente, los austriacos rompen relaciones con los serbios y, finalmente, el día 28 de julio, Austria-Hungría declara la guerra a Serbia. La calma antes de la tempestad se terminar y, ahora sí, empieza la muerte y destrucción. El día 29, Rusia declara la guerra a los austríacos. Al mismo tiempo, el canciller alemán Theobald Hollweg ve cómo los rusos se le acercaban por el este, así que declaró la guerra a Rusia en apoyo a Austria-Hungría el 30 de julio. A pesar de que el alemán le pidió a su primo ruso que detuviera las hostilidades, pero ya sabemos qué pasó. Alemania, que no era nada tonta, de hecho al contrario, era la más inteligente de todas las potencias europeas (como pasa actualmente), advirtió a Francia de que no se metiera mientras repartía leña a los otros. El 1 de agosto, Rusia se niega a quitarse de en medio, con lo que Alemania se dirige al imperio Ruso a repartir unos buenos strudels. El 4 de agosto, Austria-Hungría empieza a dirigirse hacia Serbia. De momento, estas fueron las declaraciones de guerra. Inglaterra, Bélgica, el imperio otomano, Italia, Estados Unidos y el resto de la peña, se irían uniendo a lo largo de los 4 años. Las dos primeras, por ejemplo, entrarían los primeros días cuando Alemania, siguiendo su ultramegahipersuper maravilloso e infalible estrategia para ganar la guerra en dos días, el llamado Plan Schlieffen, invade Bélgica (que era neutral por cierto) y, tras esta gran falta de respeto a la diplomacia internacional, Inglaterra entra en la guerra para poner en su sitio a los alemanes, que muy flipados estaban. Total, que el plan Schlieffen consistía en una victoria fácil y rápida, atacando Francia y penetrando en París lo más rápido posible. Asimismo, pretendía desplegar el 60% de las tropas en el frente occidental y el 40 restante contra Rusia, ayudado por el milagroso invento del ferrocarril, evidentemente puesto a punto para fines bélicos. Alemania invadió Luxemburgo el 2 de agosto y el día 3 declaró la guerra a Francia. Ahora viene el día definitivo para la entrada del gran oponente de Alemania: el día 4 de agosto de 1914. Inglaterra entra en el conflicto (a ver, habría terminado entrando, más que nada porque formaba parte de la Entente Cordiale), cuando la neutral Bélgica es asediada por tropas alemanas. Recordad que, al fin y al cabo, los más potentes y peligrosos oponentes de ambas partes eran Inglaterra y Alemania. El resto significaban una importancia menor e incluso, en ciertos casos, fueron más un estorbo que una ayuda.
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