La islamización de Hispania: auge y caída de Al-Andalus.
Imagen extraída de: https://elordenmundial.com/al-andalus-y-la-distorsion-interesada-de-la-historia/
Primero, la desaparición del Imperio Romano y luego, las
invasiones bárbaras. Tras todo esto, llegan los musulmanes. Todo empezó con la
decadencia del penúltimo rey visigodo, Witiza, a principio del siglo VIII. Las
luchas y crisis internas de la Península, hacen que este rey pida ayuda a
extranjeros. A partir de aquí, vinieron los árabes bereberes a través del
Estrecho de Gibraltar, desde África. Los extranjeros aprovecharon la debilidad
política de los visigodos para irrumpir e invadir el país. En el año 711 los
musulmanes del norte de África invadieron la Península Ibérica. en el 711 al
país dirigidos por Tarik y derrotaron al último rey visigodo, Don Rodrigo, en
la Batalla de Guadalete. Así empieza la dominación musulmana. Fue una conquista
muy rápida. Al final, en Al-Andalus convivían los musulmanes y los pequeños
reinos cristianos. A partir de lo sucedido en Guadalete, los caudillos
musulmanes Tarik y Muza recorrieron el país, conquistando sin esfuerzo desde
Sevilla hasta Cataluña, desde el 711-719. Las ciudades hispano godas ofrecieron
poca resistencia, firmando pactos y capitulaciones. Dominaron el país durante 8
siglos. Mostraron total normalidad y tolerancia hacia los cristianos y judíos
que vivían en la península. Desde el principio, empezaron los conflictos por
parte de los cristianos, para recuperar su territorio. A partir del 718, se
forman los primeros núcleos cristianos que lucharon contra los musulmanes hasta
conseguir expulsarlos en 1492. Varias fases por las que pasó este país.
Emirato dependiente de Damasco (711-755): la primera
etapa, cuando Hispania dependía del califa de Damasco. Durante estos 8 siglos
de presencia musulmana, Hispania pasó a llamarse Al-Andalus. Constituye una
provincia bajo el poder de la familia Omeya. La capital estaba en Sevilla. El emirato
tenía dos propósitos: fortalecer el estado independiente en España y, por otro,
consolidar rutas comerciales a través del Mediterráneo, para asegurar una
relación económica con Constantinopla y seguir recibiendo dinero. Anteriormente,
Al-Andalus se hallaba sometida al califa de Damasco. Más tarde, se trasladó la
capital a Córdoba. Durante este periodo fueron frecuentes las luchas entre los
propios musulmanes, ya que había presencia de diferentes etnias. Con el paso
del tiempo solo quedaron, a modo de resistencia cristiana, los pequeños reinos cristianos
del norte del país, aunque reconocían el poder y estaban, en cierta manera, al
servicio de los musulmanes. El poder musulmán se explica por el gran caudal
económico que poseía + una fuerte actividad comercial por el Mediterráneo + una
gran industria artesanal y un gran aprovechamiento de las tierras de cultivo.
El Emirato de Córdoba fue la primera economía urbana y comercial de Europa
desde el Imperio romano.
Emirato independiente de Damasco (756-929): en el 756, el príncipe omeya Abd Al-Rahman, único superviviente de la masacre de toda su familia por parte de los Abbásidas de Damasco, llegó a Al-Andalus, derrotó al emir Yusuf, representante del poder de Damasco, y se hizo proclamar emir con el nombre de Abd al-Rahman I. En el año 773 rompió sus relaciones con los Abbasíes y se proclamó emir independiente. Trata de unificar el país, pero fracasan él y sus descendientes, teniendo que luchar contra los cristianos del norte y su propia gente, mozárabes y muladíes. Al final, estas luchas internas se aplacan con la llegada al poder de Abd al-Rahman III, quien proclama el califato cordobés.
Califato de Córdoba (912-1031): Abd.
Al-Rahman III consiguió devolver la unidad al reino. Terminó con las revueltas
internas y consiguió importantes triunfos frente a los cristianos del Norte.
Bajo su gobierno, la España musulmana alcanzó su máximo esplendor. En el 929
rompió sus lazos religiosos con Oriente y se proclamó califa independiente. Sus
sucesores mantuvieron la unidad territorial y política de Al-Andalus. Bajo el
gobierno de Hisam II, destacó el visir Almanzor, importante caudillo con
múltiples victorias contra los cristianos. Al morir en el 1002, los cristianos
vuelven a la carga, lo que supuso el final del Califato. Durante esta
época, Al-Andalus vivió su época de mayor esplendor en arte, arquitectura,
ciencia, medicina, literatura. Córdoba era una de las ciudades más grandes e
importantes del Occidente. Tras la descomposición del califato, vienen los
reinos de taifas.
Reinos de taifas (1031-1492): con el final
de la dinastía Omeya en el 1031, surgen reinos independientes por todo el País.
Diversas provincias y jefes locales de Al-Andalus se independizaron y crearon
cortes que rivalizaron con Córdoba. Estas rivalidades se daban entre árabes,
bereberes y muladíes. Destacaron los gobernantes de Toledo, Zaragoza, Granada,
Almería o Sevilla, entre muchos otros. Mientras tanto, los reinos cristianos
avanzaban conquistando ciudades, como Toledo por parte de Alfonso VI en el 1085.
A finales del siglo, los gobernantes de los reinos de taifas piden ayuda a la
tribu africana de los almorávides. Dirigidos por Ibn Tashufin, llegaron al país
y derrotaron a Alfonso VI en Sagrajas. Los almorávides se deshacen de los
gobernantes taifas y se hacen con Al-Andalus. Ahora solo quedaban los
cristianos. Sin embargo, los cristianos seguían avanzando, con la conquista de
Zaragoza en 1118. Nuevamente, una tribu musulmana trata de quitarse de encima a
los almorávides: los almohades, dinastía dirigida por Ibn Tumart. Llegan a la
Península y eliminan a los almorávides. Fueron grandes constructores y también
se rodearon de los mejores literatos y científicos de la época. Instalaron su
capital en Sevilla. Esta dinastía empezó su declive a partir del 1212 con su
derrota en la batalla de las Navas de Tolosa frente a los ejércitos cristianos
de Aragón y Castilla. El final de la presencia musulmana estaba cerca. Ahora
solo quedaba el Reino Nazarí de Granada, la resistencia musulmana.
Reino Nazarí de Granada (1238-1492): fundado por
el almohade Mohammed I tras eliminar a los almorávides. Surgió como el último
reino taifa, con residencia principal en la Alhambra de la ciudad homónima. En
el siglo XV empieza el declive, debido a las frecuentes luchas internas entre
diferentes familias que querían el poder granadino. El último rey nazarí fue
Boabdil, hijo del rey de Granda Muley-Hacén, que ascendió al trono tras una
revuelta popular en 1482. Fue apresado por Fernando el Católico en 1483 y en el
86, restituido como tributario de los Reyes Católicos. Al final, estalló una
última guerra civil entre los partidarios de Boabdil y su tío el Zagal, lo que
permitió el avance cristiano hacia Granada. Ahora sí que sí, en la primavera de
1491, los Reyes Católicos pusieron sitio a la ciudad y, al final, cayó el 2 de
enero de 1492. Con la toma de Granada, termina la presencia musulmana en España.
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