Arte japonés: cronología de artistas IV. Periodo Azuchi-Momoyama.

Vamos con Kano Sanraku. Apellidado Mitsuyori y miembro de la escuela Kano, pintaba con el aka de Sanraku. Se trata de un pintor que anduvo por los siglos XVI-XVII. Adoptado por su maestro, Kano Eitoku, el shogun Hideyoshi le encargará decorar el castillo de la ciudad de Momoyama. En este caso, el paso del tiempo y la inutilidad del ser humano piadosos, ya que se conservan bastantes cositas de Sanraku, desde tintas en cursiva a grandes composiciones decorativas en colores, de paisajes delicados a escenas históricas chinas, demostrando su gran talento. Sobre todo, le molaba mucho darle caña a pinturas murales en monasterios como el de Daitoku-ji, en Kyoto, donde encontramos paisajes con pinos, halcones, etc. Sus pinturas áun guardan esos colores brillantes sin degradados ni sombras propios de este arte. Además, no podemos olvidar el gran y generoso uso del color dorado para el fondo, algo que bien nos podría recordar al arte bizantino. 




Castillo de Momoyama



Tigres y dragones




Ciruelo sobre biombo





Peonías sobre biombo


El otro pintor preeminente en este periodo, es Kaiho Yusho. También establecido en Kyoto, Yusho entró a formar parte de un monasterio zen, aunque será enviado a la tan comentada y conocida escuela Kano, como el resto de peña que hemos estado viendo. Este chaval, a diferencia del anterior, tratará de revivir el estilo sumi-e (tinta china). Como ya hicieron los anteriores artistas, Yusho se dedicó a pintar el interior de monasterios, como el de Kennin-ji, otro monasterio zen de Kyoto, haciendo mucho uso del color dorado para crear esos fondos neutros, con la casi total predominancia de la vegetación o la fauna a modo de protagonistas. Menos fastuoso (recargado de detalles y líneas) que el arte de Kano Eitoku, el arte de Yusho demuestra una serenidad y una elegancia más místicas. 



 
Uno de los 7 sabios




Paisaje con templos






 

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