La creación de los reinos germánicos
A partir del siglo IV, el Imperio romano sufrió la presión de una serie de pueblos bárbaros. Eran pueblos germánicos del norte de Europa, emparentados con los pueblos de las estepas del este de Europa y Asia. Todos estos pueblos habían evolucionado y se habían vuelto mucho más fuertes, precisamente por su contacto continuo con Roma. A lo largo del siglo V, invasores como los suevos, vándalos y alanos se establecieron en Hispania. Otros se convirtieron en pueblos confederados de Roma, que se sentía incapaz de defenderse por sí misma. Entre estos aliados, se encuentran los visigodos, que llegaron a Hispania para expulsar a los invasores mencionados, aunque terminaron quedándose en Hispania y fundando su propio reino. Por su parte, en Oriente continuó el legado de Roma en Constantinopla, también llamada Imperio bizantino. Al sur de Próximo Oriente, el norte de África y, más tarde, la Península Ibérica, empezó a desarrollarle lo que más tarde sería una nueva religión, el Islam. De esta forma, el Mediterráneo dejó de ser el centro de una civilización unitaria, para convertirse en uno de tantos reinos, dirigido por los lombardos.
IMPORTANTE: recordar y destacar que estos reinos no fueron creados necesariamente después de la caída del Imperio romano, sino que, generalmente, se crearon aprovechando la debilidad de Roma. En sus inicios, algunos de estos reinos actuaron como aliados de los romanos.
El reino de los francos
El más poderoso y duradero de los nuevos reinos. Los francos procedían del este del Rin y la Baja Renania. Se asentaron en la zona de las actuales Bélgica y norte de Francia. Con el tiempo, los reyes francos llegaron a extender sus dominios por toda Francia, Bélgica, Países Bajos y la zona de Franconia, en Alemania. El primer rey franco, fue Clodoveo I. Gobernó desde el 481-511. Fue el fundador propiamente dicho, de la dinastía merovingia y el que unió a todas las tribus que se habían instalado en esta región, bajo el mando de los francos. Esto quiere decir que los francos no se asentaron y empezaron a gobernar en el 481. Ya hacía años que se encontraban en Francia y eran foederati de Roma, pero carecían de unidad y una única figura de autoridad. Además, Clodoveo se convirtió rápidamente al catolicismo para gozar del apoyo de la Iglesia de Roma, lo que tendría un impacto fundamental en el desarrollo del reino franco. El nuevo rey estableció la capital de su pequeño reino en París. Clodoveo murió en el año 511 y su reino se dividió entre sus hijos, fragmentándose la monarquía franca en otros reinos. Su legado perduró en forma del reino franco, precursor del futuro reino carolingio.
FIN
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