La desintegración del imperio: Luis y sus hijos
Carlomagno tuvo varios hijos, aunque solo sobrevivió Luis el Piadoso. Carlomagno murió en el año 814, dejando el gobierno del imperio a Luis. Entre el 814-840, tuvo que hacer frente a varias guerras civiles. Luis fue coronado rey de Aquitania por el Papa Adriano I en el 781, condado que le fue cedido por su padre. A la muerte de Carlomagno, Luis asumió el trono imperial, siendo coronado por el Papa Esteban IV. En el 817 designó coemperador a su primogénito, Lotario, reconociéndoles sus otros dos hijos en calidad de vasallos: Luis, rey de Baviera y Pipino, rey de Aquitania. En el 829, Luis le concedió a su hijo Carlos, de 6 años de edad, el reino de Alemania. Este hecho provocó la rebelión de los 3 hijos mayores, lo que a su vez, provocó que en 830, destronaran a su padre, proclamando emperador a Lotario. Sin embargo, la Asamblea de Nimega restableció a Luis el Piadoso en el trono. A partir del 833, las guerras familiares se convirtieron en algo frecuente, instigadas por el Papa Gregorio IV. A la muerte de Pipino de Aquitania en el 838, el emperador convocó la Asamblea de Worms, que estableció una nueva división del imperio: Carlos el Calvo se quedaba con la mitad occidental; Lotario la parte oriental y Luis el Germánico, se tuvo que conformar con Baviera. Al año siguiente, Luis el Piadoso murió mientras atravesaba el río Rin, tras sofocar otra revuelta de su hijo Luis. En el año 843, por el Tratado de Verdún, el imperio se dividió entre los hijos de Luis el Piadoso: Aquisgrán y Roma fueron para Lotario, el mayor de los hermanos, emperador desde el 817 hasta su muerte en el año 855. Alemania le fue concedida a Luis el Germánico y, para Carlos el Calvo, el territorio de Francia. Poco a poco, se fueron dando una serie de subdivisiones que irían creando el mapa político que marcaría el inicio de la Plena Edad Media y los futuros estados europeos actuales.
Reino de Lotario I
Sucesor de Luis el Piadoso e hijo primogénito. Su reino fue el de menor relevancia, frente a los incipientes poderes de Francia y Alemania, en manos de sus hermanos Carlos el Calvo y Luis el Germánico. Lotario falleció en el 855 y repartió sus territorios, llamados Lotaringia. En ocasiones, Lotario se alió con sus hermanos Pipino I de Aquitania y Luis el Germánico, contra su padre para protestar por los intentos de hacer a su hermanastro, Carlos el Calvo, heredero de los dominios carolingios. Al morir Luis el Piadoso, Luis y Carlos iniciaron una guerra civil contra Lotario, que duró 3 años, culminando con la firma del Acuerdo de Verdún. En el año 822, Lotario asumió el gobierno de Italia y, al año siguiente, fue coronado emperador por el Papa Pascual I en Roma. Por todo lo comentado, su reinado estuvo sembrado por las revueltas y conflictos contra su padre, además de los enfrentamientos con sus hermanos por el poder imperial. Por ser primogénito, en el año 840 Luis el Piadoso le envió las insignias imperiales a Lotario, aunque siguiendo la tradición franca, Luis se vio obligado a repartir el territorio entre el resto de sus hijos también. Lotario reclamó la totalidad del imperio, aunque no fue del agrado de sus hermanos, que se aliaron en la mencionada guerra civil. Tras el reparto de Verdún, Lotario cedió Italia a su hijo mayor, Luis II el Joven, mientras el padre se quedaba en sus dominios de los valles del Rin y el Ródano, Lorena, Alsacia, Borgoña y Provenza. Desde allí, se implicó constantemente en luchas y reconciliaciones con sus hermanos, en inútiles esfuerzos por defender sus tierras de los ataques de vikingos y sarracenos, venidos del este. En el año 855 enfermó gravemente y, sin esperanzas de recuperación, Lotario renunció al trono, dividiendo su parte del imperio entre sus hijos. 6 días después moriría en el monasterio de Prüm. Ese mismo año, mediante el llamado tratado de Prüm, Luis II recibía Italia; el segundo hijo, Lotario II, recibía Lotaringia (Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, oeste de Alemania, Alsacia y Lorena); por último, Carlos recibía la zona de Provenza.
Este fue sin duda, el reino menos importante de los 3, ya que los territorios controlados por Carlos y Luis, Alemania y Francia, fueron dos de los grandes protagonistas en la formación del mundo medieval temprano, así como los antecesores de los modernos estados que han convertido dichos territorios, en lo que actualmente son Francia y Alemania.
FIN
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