El año de los 4 emperadores: ascenso de Vespasiano
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El año posterior a la muerte del emperador Nerón, supuso un tumultuoso episodio en la hsitoria de la antigua Roma. Durante este año llegaron a gobernar hasta 4 emperadores, enfrentándose entre sí por acceder al trono. Estos cuatro emperadores fueron Galba, Otón, Vitelio y Vespasiano. Se trató de una cruenta guerra civil, la primera desde la muerte de Marco Antonio en el 31 a.C. Entre junio del año 68 hasta diciembre del 69 d.C. Roma vio subir y caer a tres de ellos, hasta que la llegada al trono de Vespasiano puso fin al conflicto, iniciando la dinastía Flavia.
Servio Sulpicio Galba
Los últimos años de Nerón se caracterizaron por el terror y la extravagancia. El emperador se había vuelto paranoico con las conspiraciones y los senadores. En abril del 68, el gobernador de la Galia Cayo Julio Vindex se sublevó contra Nerón y trató de sustituir a este emperador por Galba gobernador de la Hispania Tarraconensis. Galba aceptó la propuesta y marchó sobre Roma, aunque la rebelión en Galia fue un fracaso. Las legiones estacionadas en esta región trataron a Vindex como un traidor y, comandadas por Lucio Verginio Rufo, general situado en el Rin, derrotaron al traidor ese mismo año. Sin embargo, el Senado decidió por su cuenta declarar a Nerón una persona non grata (locución latina utilizada en diplomacia para designar aquella persona a la que se le prohíbe el acceso a un país o declarar que ya no es bienvenida en un lugar) y librarse de él para entronizar a Galba. Galba fue recibido en Roma al mando de sus legiones y Nerón fue obligado a suicidarse. Lo primero que hizo Galba fue sustituir a Rufo como gobernador de Galia, mientras que Aulo Vitelio fue designado nuevo gobernador de la Germania Inferior. La popularidad de Galba no duró demasiado, ya que hizo pagar enormes sanciones a ciudades que no aceptaron su autoridad de inmediato. En Roma, se cancelaron todas las reformas de Nerón, incluyendo a las que beneficiaban a personas importantes. Galba, al igual que Nerón, era un paranoico con las conspiraciones, por lo que también mandó asesinar a numerosos senadores y caballeros sin pruebas. El descontento en el ejército crecía. Para colmo, Galba se negó a pagar el dinero prometido a los soldados que le apoyaron. Las legiones de Germania se negaron a jurar lealtad y obediencia al nuevo emperador, aclamando a otro llamado Vitelio. Al conocer la rebelión de las legiones del Rin, Galba tuvo miedo y decidió abdicar en favor de Lucio Calpurnio Pisón Frugi Liciniano, un noble romano. Al hacer esto, se puso al resto de gente de su contra, sobre todo a Marco Salvio Otón, persona influyente y poderosa, además de ambiciosa. Otón sobornó a la guardia pretoriana, que además estaba descontenta con Galba. Rápidamente Otón dio un golpe de estado y finalmente la guardia pretoriana asesinó a Galba en el foro romano. Su reinado duró aproximadamente 7 meses.
Marco Salvio Otón
Otón fue reconocido como emperador el mismo día de la muerte de Galba. Fue mejor recibido que el anterior, a pesar de su ambición y codicia. Otón no era una persona tiránica ni cruel, por lo que en Roma esperaban un reinado tranquilo y justo. Sin embargo, seguía existiendo el problema de que en Germania las legiones aclamaban a Aulo Vitelio como emperador, además de que este se acercaba a Roma con sus soldados, legionarios veteranos de élite. Otón no tenía intenciones de iniciar otra guerra civil y envió mensajeros para proponer la paz e intentar que Vitelio fuera el hijo adoptivo de Otón. Sin embargo, Vitelio ya había llegado a Italia y obligó a Otón a enfrentarse en la batalla de Bedriacum, donde este último fue derrotado. En vez de huir e intentar un contraataque, Otón se suicidó, habiendo gobernado durante poco más de 3 meses.
De Vitelio a Vespasiano
Tras enterarse del suicidio de Otón, Vitelio fue reconocido emperador por el Senado. Con su aprobación, Vitelio salió de Roma, aunque su comienzo ya no fue favorable. La ciudad acogió al nuevo emperador con miedo el mismo día de la batalla de Alia, del año 394 a.C. fecha en que se produjo la primera gran derrota de Roma y su saqueo por parte de los galos de Brenno. Evidentemente se trataba de un día con malos augurios para la supersticiosa ciudadanía romana. Con el trono asegurado, Vitelio inició una serie de fiestas y banquetes que llevaron a la bancarrota a la muy debilitada caja del tesoro imperial. Pronto se acumularon las deudas y los prestamistas solicitaban los pagos. Vitelio actuó con gran violencia torturando y ejecutando a los demandantes. Con las finanzas imperiales en un pésimo estado, Vitelio hizo asesinar a todos los ciudadanos que se llamasen como él o su heredero, de nombre desconocido. Se desató una cruel persecución de cualquier posible rival invitando a estas personas a su palacio imperial, para posteriormente asesinarles. Mientras tanto, las legiones estacionadas en Oriente (Judea y Siria), aclamaron a Vespasiano como emperador. Vespasiano había sido un líder brillante en Judea bajo el mandato de Nerón, cuando tuvo que sofocar la rebelión judía. Se ganó el apoyo del gobernador de Siria, Cayo Licinio Muciano. Las experimentadas legiones de Vespasiano marcharon junto con Muciano desde Judea hasta Roma. Vespasiano se trasladó desde Alejandría, donde fue aclamado emperador el 1 de julio, obteniendo el control de los suministros de grano de Egipto. Su hijo Tito permaneció en Judea para terminar del todo con la rebelión judía.
Las legiones estacionadas en el Danubio aclamaron a Vespasiano como emperador en agosto, encabezando la invasión de Italia al mando de Marco Antonio Primo. En octubre, estos legionarios obtuvieron una gran victoria sobre el ejército de Vitelio en la segunda batalla de Bedriacum. Rodeado de enemigos, Vitelio hizo un último intento de ganarse a la ciudad, sobornando y prometiendo poder a quien fuera. Mientras tanto, los ejércitos del Danubio se acercaban. Ante la inminente amenaza, Vitelio envió emisarios acompañados por vírgenes vestales para negociar una tregua e iniciar procesos de paz. Al día siguiente, los mensajeros volvieron con la noticia de que el enemigo estaba a las puertas de la ciudad. Vitelio se dispuso a esconderse y huir, pero antes decidió visitar por última vez el palacio. Allí fue asesinado por uno de los hombres de Vespasiano. Al día siguiente, el Senado reconoció a Vespasiano como emperador, en diciembre del año 69 d.C.
FIN
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