Demografía y sociedad durante el Antiguo Régimen
Imagen extraída de: https://historiaencomentarios.com/2018/02/09/especifica-las-caracteristicas-de-la-nueva-sociedad-de-clases-y-comparala-con-la-sociedad-estamental-del-antiguo-regimen/
En Europa vivía menos del 20% de la población mundial. El régimen demográfico se caracterizaba por altas tasas de natalidad (alrededor de 7 hijos por matrimonio) y de mortalidad, causada esta última por la poca alimentación, la falta de higiene, la alta mortalidad infantil, los periodos de hambre, las epidemias y las frecuentes guerras. La esperanza de vida apenas llegaba a los 50 años. La población europea empezó a experimentar un crecimiento moderado a lo largo del siglo XVI, luego se estancó en el siglo XVII y creció significativamente durante el siglo XVIII, en particular durante la segunda mitad, gracias al descenso de la mortalidad. El impacto más suave de las epidemias, la mejora experimentada en las condiciones higiénicas, el progreso de la medicina y la disponibilidad creciente de un mayor número de alimentos, llevaron a Europa a iniciar una transición en el régimen demográfico antiguo al moderno.
La sociedad
La sociedad del Antiguo Régimen era una evolución de la sociedad medieval. Estaba dividida en estamentos: nobleza, clero y pueblo llano (también llamado Tercer Estado). Los dos primeros estamentos eran minoritarios, no pagaban impuestos y gozaban de una serie de privilegios. El pueblo llano era mayoritario, no tenía privilegios y se encargaba de trabajar y pagar impuestos para mantener esta estructura social.
La nobleza, en sus inicios, tenía función militar, al igual que durante la Edad Media. Se trataba de un grupo muy reducido al que se pertenecía por nacimiento. Dentro de este estamento, había grandes diferencias. En la cúspide se situaban los monarcas, que incrementaron su poder durante la Edad Moderna. Por debajo se encontraba la aristocracia o alta nobleza, que concentraba muchos títulos y tierras; por debajo estaba la baja nobleza, que no ostentaba títulos y, muchas veces, vivía en situación precaria. En el siglo XVIII, la nobleza continuaba sin llevar a cabo actividades empresariales, ya que vivía de las rentas y, por ello, fue perdiendo poder económico. La condición nobiliaria se transmitía a todos los hijos, pero los títulos, tierras y propiedades pasaban únicamente al hijo primogénito.
El clero se ocupaba de la salvación de las almas humanas. También tenía una gran influencia en la vida cotidiana. Dentro de este estamento también existía un alto clero (arzobispos, obispos y abades, que procedían de la nobleza) y un bajo clero (sacerdotes y monjes, que llevaban una vida más modesta). También formaban parte del clero un gran número de mujeres, sobre todo monjas y novicias.
El pueblo llano o Tercer Estado era el estamento no privilegiado. La mayor parte de la población perteneceía a este grupo y, por tanto, era muy heterogéneo. Una gran part vivía en el medio rural y se componía de agricultores que trabajaban las tierras de la nobleza y el clero. Unos pocos eran propietarios de sus explotaciones agrarias.
La vida en las ciudades estaba dominada por la burguesía, el grupo social económicamente más fuerte. Los burgueses estaban formados por comerciantes, propietarios de talleres, hombres de negocios, burócratas, médicos, abogados, etc. Los burgueses deseaban acceder al poder político, reclamaban un mayor reconocimiento social y deseaban poder ser nobles. En el siglo XVIII, la burguesía se apoderó de la mayor parte de las actividades industriales, comerciales y financieras, y fue la impulsora de los cambios que llevaron a la caída del Antiguo Régimen a finales de la Edad Moderna.
Por debajo de los burgueses en las ciudades, estaban los trabajadores de los talleres y tiendas, que vivían una vida muy humilde. En el estrato más bajo de la sociedad se encontraban los marginados (vagabundos y prostitutas).
FIN
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