La Ilustración: la ideología de la modernidad

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La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual cuya intención fue la de disipar las tinieblas de la ignorancia de la humanidad; mediante el acceso al conocimiento y el uso de la razón por parte de la mayor parte de la población, el siglo XVIII es conocido como el Siglo de las Luces. Estas luces fueron las luces del conocimiento, que iluminaron a todos aquellos ignorantes y analfabetos, para poder acceder al conocimiento y tener clara la idea de progreso, información que, desde la Edad Media, solo les estaba reservada a los nobles, los más ricos y a los eclesiásticos.

Las ideas ilustradas

Los ilustrados criticaron duramente las bases del Antiguo Régimen y contribuyeron a la creación de un nuevo modelo de organización social y política. Dieron apoyo a la libertad religiosa y de pensamiento, la educación y la mobilidad social, valorando los méritos personales y el trabajo por encima de la pertenencia a un estamento determinado. Estas ideas de libertad, progreso y cultura permitieron una serie de reformas políticas, como un sistema fiscal en el cual los impuestos no recayeran únicamente en el pueblo llano; una división de poderes; el desarrollo del parlamentarismo y la soberanía nacional. Las ideas ilustradas también se ocuparon de la economía. Frente al mercantilismo (conjunto de ideas económicas desarrolladas durante estos años, por las cuales, el Estado intervenía fuertemente en la economía de un país), los ilustrados defendían que la riqueza de un país residía en la agricultura y las actividades productivas. Además, surgió la teoría del liberalismo económico, basado en las teorías económicas de Adam Smith. Ante el proteccionismo anterior, este liberalismo defendía que la economía daba mejores resultados si los estados permitían la libertad económica. También defendían una libertad de comercio, libertad de producción y libertad de la iniciativa individual y empresarial. De esta manera, los estados deberían permitir el libre intercambio de mercancías (librecambismo); no debían intervenir en los procesos de producción y los productos se tenían que producir y ofrecer en el mercado en función de su demanda; por último, los estados debían fomentar la libre competencia entre empresarios. 

La Enciclopedia

El vehícuo de difusión de la cultura y el conocimiento fue la llamada Enciclopedia, una recopilación del saber universal que se elaboró entre 1751-1772, bajo la dirección de dos ilustrados llamados Jean le Rond d'Alembert y el filósofo Denis Diderot. La obra, redactada en numerosos volúmenes, defendía los valores de la Ilustración, criticaba la sociedad estamental y el absolutismo y proponía la formación de una nueva sociedad más justa, libre, abierta y cosmopolita (familiarizada con diversas culturas y costumbres de diferentes países). La Enciclopedia consiguió un gran éxito en Francia y se extendió por el resto de Europa. Otros pensadores ilustrados muy importantes fueron Montesquieu, quien defendía la división de poderes siguiendo el modelo inglés; de esta manera, el poder legislativo residía en un Parlamento, el poder judicial en un tribunal de jueces independientes y el ejecutivo, en manos del rey. Por su parte, Voltaire defendía el parlamentarismo como fórmula para limitar el poder de los monarcas, así como un sistema fiscal más justo, sin excepciones para los privilegiados. Por último, Rousseau defendía la soberanía nacional, es decir, que el poder de gobernar le pertenecía al pueblo, no al monarca. También afirmaba que había que establecer un pacto o contrato social, por el cual el pueblo cedía el poder a un Gobierno y unas instituciones elegidas por el mismo.

FIN