Los verdaderos orígenes de Roma: ni dioses ni Troyas


    El coliseo de Roma. Imagen extraída de la web Vecteezy


Mucho se ha escrito, contado, desgranado y desarrollado sobre la mítica historia del nacimiento de Roma: Troya, Eneas, Ascanio, Amulio y Numitor, Rómulo y Remo, la loba, etc. Sin embargo, está claro que ningun asentamiento ha nacido de la intervención divina ni de trágicos héroes que huyen de legendarias ciudades en llamas. La historia de Roma empieza, al igual que otras tantas grandes capitales, de la forma más simple y humana posible: todo empieza por el principio.

Dejando de lado las fábulas y la leyendas, vamos a servirnos de lo que se cuenta en las dos obras que, casi con total exclusividad, voy a estar usando para estas entradas (básicamente porque no me he comprado más manuales que hablen de los orígenes de Roma, además no conozco otros autores tan fiables como los dos que voy a mencionar, y tampoco voy a comprar más libros y referenciar otros autores porque (1) no me lee ni mi madre y (2) no necesito otras versiones sobre cómo nació Roma porque ya tengo dos autores de gran renombre y estoy usando más de una fuente, así que me sirve).

Al igual que muchas otras entradas, nos vamos a apoyar en lo que aparece en las obras Historia de Roma, del periodista y escritor italiano Indro Montanelli, y en SPQR: Una historia de la Antigua Roma, de la historiadora, doctora y catedrática inglesa Mary Beard. Estos dos autores combinan un montón de herramientas diferentes: bibliografía especializada, sus conocimientos como amplios expertos en las materias (Mary más que Indro) y los hallazgos ofrecidos por la Arqueología y la Etnografía. Así pues, empecemos. 

En primer lugar, según Indro Montanelli, parece ser que ya 30.000 años antes de la fundación de Roma, Italia estaba habitada por el hombre. Los arqueólogos y demás expertos hablan de asentamientos en estas colinas que se remontan a la Edad de Piedra. Más tarde, durante el Neolítico, encontramos poblados de ligures al norte y sículos al sur: 


Gentes de cabeza en forma de pera, que vivían un poco en las cavernas, un poco en cabañas redondas construidas con estiércol y fango, domesticaban animales y se alimentaban de caza y pesca. 


Mucho más tarde, 2.000 años antes de Cristo, encontramos asentamientos formados por gente proveniente del centro de Europa: 


Estas (tribus) no están mucho más adelantadas que los indígenas de cabeza en forma de pera; pero tienen la costumbre de construir sus viviendas no en cavernas, sino sobre estacas sumergidas en el agua, las llamadas palafitos. Proceden de sitios pantanosos y eligieron las zonas de los lagos. Introdujeron innovaciones como la ganadería, la agricultura, el tejido de telas y la construcción de bastiones de barro y tierra apisonada en torno a los poblados para defenderlos tanto de los ataques de animales como de hombres. 


Indro sigue hablando de su marcha hacia el sur, construyendo casas en tierra firme, apuntaladas sobre estacas, llegando a crear una verdadera ciudad llamada Villanova (fig. 1), en las cercanías de la actual Bolonia. De ella se cree que derivan, tanto en lengua como en costumbres, pueblos más modernos como los umbros, sabinos y latinos. Y ahí termina su indagación sobre los pueblos de la Italia antigua.


        Figura 1. La cultura de Villanova y las regiones por las que se cree que se extendió. Imagen extraída de su entrada en Wikipedia. Puedes leer más información en dicha entrada


Por su parte, Mary Beard también hace uso de la valiosa información que le proporciona la Arqueología. A este efecto, la historiadora escribe lo siguiente en su libro:


Mucho más tangibles son las evidencias arqueológicas. En las profundidades de la ciudad de Roma, por debajo de los antiguos monumentos visibles, aparecen unos cuantos restos del asentamiento primitivo, que fueron descubiertos a comienzos del siglo XX. Los hallazgos se reducen a urnas con las cenizas de los muertos, junto a jarras y vasos que originalmente contendrían comida y bebida [...] Los cementerios implican la existencia de una comunidad, y presumiblemente puedan encontrarse restos de la misma en los grupos de cabañas cuyo débil trazado se ha detectado bajo diversas partes de la ciudad posterior, inclusive en el Palatino. 


Luego pasa a comentar que, en la década de los 80, en Fidenae (o Fidene), se encontraron restos de una construcción rectangular (fig. 2), hecha de madera y tapial (tierra compactada), con un pórtico formando un tejado voladizo y más elementos:


En el interior había un hogar en el centro, algunas grandes vasijas de cerámica para almacenamiento y restos de alimentos bastante predecibles (cereales y judías) y de animales domésticos (ovejas, cabras, vacas y cerdos).



        Figura 2. Ilustración de la que podría haber sido la cabaña encontrada en Fidenae. Imagen extraída de la web Full Travel. Para más información, puedes consultar este enlace y este otro

 

Estos hallazgos nos demuestran que hubo una larga y abundante prehistoria debajo de la Roma que vemos actualmente. Otro hallazgo interesante sería el de una urna funeraria procedente de los cementerios de Roma y la zona de los alrededores. Se trata de una sencilla urna en forma de cabaña, una especie de casa para los muertos, que constituiría uno de los mejores indicadores que tenemos del aspecto que tenían las viviendas de los vivos (fig. 3).



        Figura 3. Urna funeraria con forma de cabaña primitiva. Imagen extraída de la web Gloria de Roma. Puedes leer más información en la entrada de esta web


Gracias a todos estos restos, tenemos suficiente información de la Edad del Bronce Medio en Roma (entre 1700-1300 a.C.) para pensar que había personas viviendo en aquel emplazamiento. Con el tiempo se fueron desarrollando poblados más grandes, probablemente con grupos de familias que, en un momento determinado, se unieron formando una única comunidad. Como iremos viendo a lo largo de su historia, estos primitivos asentamientos estaban bien conectados, con constante comercio con el norte del país. Y eso es todo lo que he podido reunir sobre los (verdaderos) orígenes de la todopoderosa Roma.


Webgrafía

  • Sobre las páginas web que he utilizado ya he ido dejando sus respectivos enlaces en los pies de foto o durante la narración de los hechos; me da una pereza tremenda ir de uno en uno citando cada web en esta sección, por lo que las fuentes las tenéis, aunque no estén citadas como Dios manda, cosa que me la viene a sudar un poco. Hala, hasta luego.

Bibliografía

  • Beard, M. (2016). SPQR: Una historia de la Antigua Roma (S. Furió, Trad.). Crítica.
  • Montanelli, I. (1994). Historia de Roma (J. R. Vázquez, Trad.). Plaza & Janés Editores, S.A./Globus Comunicación.
  • Grimberg, C. (1985). Historia universal Roma. (Vol. 3). Daimon.


FIN

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