Studio Ghibli: forma y contenido


        Studio Ghibli, una compañía llena de magia y fantasía. Wallpaper extraído de la web Wallpapers.com

Studio Ghibli cuenta con numerosas películas de gran calidad y valor estético. Algunas han sido dirigidas por Hayao Miyazaki, mientras que Isao Takahata se ha encargado de algunas otras; incluso el hijo de Hayao, Gorō, ha participado del éxito de la compañía con su toque particular. Si bien es cierto que no es lo mismo hablar del cine de Miyazaki que el de Takahata, sí podemos establecer unas características comunes que definen la forma y el contenido de Studio Ghibli. En esta publicación vamos a descubrir qué hace tan especial el anime ghibliano.


Hacerse mayor

Uno de los temas principales del cine de Ghibli. Ya sea Miyazaki o Takahata quien dirija la película, casi seguro encontraremos un retrato de lo complicada que es la infancia o los retos que enfrenta el crecimiento para un personaje adolescente. Este crecimiento puede venir de forma natural por el desarrollo de un personaje o de forma brusca e injusta, bien por la venida de una guerra, por la pérdida de un ser querido, etc. En películas como Nicky, la aprendiz de bruja (1989, fig. 1), podemos ver cómo la joven protagonista abandona el hogar a los 13 años para buscarse la vida trabajando en una ciudad desconocida y lejana. Otras cintas que tratan la madurez durante la adolescencia son Puedo escuchar el mar (1993, fig. 2), El viaje de Chihiro (2001, fig. 3) o Susurros del corazón (1995, fig. 3).


    Figura 1. Nicky, la aprendiz de bruja, una niña que debe trabajar como una adulta. Imagen extraída de la web FilmAffinity


    Figura 2. Puedo escuchar el mar, una película de adolescentes con problemas para encontrar su sitio en el mundo. Imagen extraída de la web No es cine todo lo que reluce.


    Figura 3. El viaje de Chihiro, un filme de fantasía con un trasfondo tremendamente adulto. Imagen extraída de la web Un cuaderno en blanco.


    Figura 4. Susurros del corazón, una aventura costumbrista donde la magia, precisamente, aparece en los momentos cotidianos. Imagen extraída de la web Generación Ghibli
 
 


Empoderamiento femenino

Otro de los grandes pilares del estudio es la importancia suprema otorgada a los personajes femeninos, hasta tal punto que casi todas sus películas están protagonizadas (o coprotagonizadas) por mujeres, niñas, adolescentes...

En un mundo en que Disney explotaba el concepto de las princesas frágiles, poco útiles y hermosas, en Japón tenían su propia visión de la feminidad. En Ghibli encontramos una feminidad independiente, con posibilidad de ejercer la violencia cuando es necesario y una plasmación gráfica completamente alejada de la mujer florero que propone el cine de animación occidental. Uno de los casos más claros de la gran heroína femenina lo encontramos en La princesa Mononoke (1997, fig. 5), historia que propuso un planteamiento totalmente revolucionario para los estándares de la época. En esta aventura nunca veremos a la protagonista en modo ''damisela en apuros'' ni dependiendo del carácter o decisiones del protagonista masculino. Es curioso cómo eliminando el rol dominante del personaje masculino, Studio Ghibli ha sabido explorar una nueva manera de entender el heroísmo, la fragilidad y los roles de género, todo ello, además, realizado de una manera muy sutil y tremendamente bien hilada con la historia que se plantea, sin que nos haga levantar la ceja de la inclusión o el empoderamiento forzados. 


    Figura 5. La princesa Mononoke, el ejemplo perfecto de cómo crear una heroína poderosa y adulta. Imagen extraída de la web Generación Ghibli


Ecologismo

El tercer pilar del anime ghibliano, sobre todo cuando hablamos del cine de Miyazaki, es el respeto, amor, veneración y protección por la naturaleza. A través de paisajes y escenas divinamente dibujados, coloreados y animados, exploramos el alma de su creador: Miyazaki ama la naturaleza y sus habitantes; es un fiero defensor de la protección del medio natural y, además, nos toma de la mano y nos acerca al mundo natural a través de aventuras misteriosas y mágicas, personajes entrañables y llenos de una energía animal y un alma humana. En más de una ocasión, como es el caso de Nausicaä del Valle del Viento, La Princesa Mononoke o Pompoko, se nos presentan mundos salvajes y sin civilizar que intentan ser conquistados por la mano humana, a golpe de industria, fuego, máquina y progreso. Es por ello que la naturaleza y sus defensores, se defenderán con violencia contra el malvado invasor, ideas que ya exploró J. R. R. Tolkien en su legendaria obra El Señor de los Anillos o, mucho más tarde, Pocahontas de Disney o Avatar, de James Cameron. Sin embargo, Miyazaki también muestra una cara más amable, romántica y fantástica de la naturaleza en otras cintas, tales como Mi vecino Totoro (1988, fig. 6), Ponyo en el acantilado (2006, fig. 7) o la ya mencionada El viaje de Chihiro.


    Figura 7. Mi vecino Totoro, una amable y divertida representación de las fantasías de la infancia. Imagen extraída de la web Cine Ciutat.


    Figura 8. Ponyo en el acantilado, un cuento de amor y amistad entre un humano y un ser marino, perfecta continuación de Totoro sobre las aventuras que vivimos cuando somos pequeños. Imagen extraía de la web Zumzeig




Costumbrismo

No todo es fantasía y aventuras increíbles, como descubrimos con las historias que cuenta Miyazaki. No debemos olvidar al otro gran genio del estudio, cosa que sucede a menudo pues sus películas suelen ser las menos conocidas de la compañía: hablamos de Isao Takahata. Menos popular que su compañero, las historias que cuenta Takahata juegan en una liga totalmente diferente. Isao Takahata se ha centrado, durante toda su carrera en Ghibli, en tratar temas mucho más diversos: a grandes rasgos, Takahata ha adaptado una novela sobre la Segunda Guerra Mundial, un manga para chicas sobre una joven japonesa en los años 60 y un manga de tiras cómicas de humor cotidiano japonés. El denominador común en el cine de Takahata es el siguiente: una enorme sensibilidad y compromiso por el entorno (real) que le rodea. 

Queda claro que el público potencial del cine de Takahata es áun más adulto (y no por la violencia o contenido censurable) que el que acude a encontrarse con Totoro o Chihiro. No hace falta pensar mucho para encontrar en La tumba de las luciérnagas (1988, fig. 9) la cinta más dura y adulta de Studio Ghibli (y con muchas razones). Mientras tanto, Recuerdos del ayer (1991, fig. 10) se centra en una protagonista de 27 años que efectúa un repaso sobre su vida: sus decisiones vitales, una infancia perdida, las dificultades para construir una identidad personal, etc. La historia combina un tono nostálgico, melancólico y el dramático realismo de la sociedad japonesa en plenos años 80.



    Figura 9. La tumba de las luciérnagas, ambientada en la Segunda Guerra Mundial, cuenta las dificultades de dos hermanos para sobrevivir en medio de la miseria, la enfermedad y la muerte. Imagen extraída de la web Espinof.


    Figura 10. Recuerdos del ayer, una película que cuenta su historia de una forma quizás demasiado pausada. No apta para todos los gustos. Imagen extraída de la web Ahora critico yo.


En Recuerdos del ayer encontramos un ritmo narrativo muy pausado, cosa que no gustó a todo el mundo cuando se estrenó la película. Pero Takahata no solo ha creado obras adultas o costumbristas, alejadas de la fantasía y la mitología nipona; como ejemplo de esto, tenemos la cinta Pompoko (1994, fig. 11), dirigida a un público más familiar. A pesar del tono de esta aventura, también su trama se desarrolla de forma muy pausada, reflexiva, con un ritmo nada parecido al que Miyazaki utiliza para crear escenas vibrantes de acción o momentos de calma en medio de la tormenta.



    Figura 11. Pompoko, una historia sobre mapaches que deben defender su territorio de los invasores humanos y sus empresas de construcción. Imagen extraída de la web Entre sábanas y almohadas

Por estas razones, quizás Takahata no ha llegado a calar tanto en el imaginario colectivo; quizás porque sus historias tratan temas menos comerciales o menos aptos para la industria del marketing y el merchandising. 

Sin embargo, hay algo innegable que nadie con cierto gusto por el cine podrá rebatir: sin duda, sin Isao Takahata, Studio Ghibli no sería lo que conocemos actualmente: la casa de películas anime más popular, importante e influyente de la industria.


Webgrafía

  • Sobre las páginas web que he utilizado ya he ido dejando sus respectivos enlaces en los pies de foto o durante la narración de los hechos; me da una pereza tremenda ir de uno en uno citando cada web en esta sección, por lo que las fuentes las tenéis, aunque no estén citadas como Dios manda, cosa que me la viene a sudar un poco. Hala, hasta luego.

Bibliografía

  • Leader, M. y Cunningham, J. (2021). Ghiblioteca: La guía no oficial de las películas de Studio Ghibli. Minotauro.
  • Cunningham, J. (2023). El mundo de Studio Ghibli. Minotauro
  • Ghibli S. (2024). Studio Ghibli complete works. Planeta Cómic.

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